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Crónicas - May 26, 2011

Juan Manuel Vásquez en Mónaco.

El invierno estaba en pleno apogeo en Montreal  cuando Juan Manuel  se subió al avión rumbo a  Niza. Todavía sus  orejas guardaban  el recuerdo de las heladas brisas de Montreal y  en su retina seguía la imagen de  las  mañanas grises escasamente  iluminadas por capas de nieve que amenazaban con no dejar  germinar de nuevo el  pasto.  Pero al pisar  la Costa Azul , un cielo despejado de nubes le dio la bienvenida, mientras los rayos del sol se reflejaban en  cientos de plegables y afiches que invitaban  a la feria de arte  ArteMonaco 2011 en el Forum Grimaldi. Una sonrisa de satisfacción asomó en sus labios al constatar que su pintura Buhonahual era la imagen del evento.

 

Meses atrás, Juan Manuel Vásquez fue seleccionado  junto a sus colegas Vladimir Valiente y Julio Alarcón para exhibir sus obras durante  la celebración del Bicentenario de la Independencia de América Latina, en el marco del festival LatinArte 2010, dicha selección fue realizada  por  Jhonessco  Rodríguez, presidente de ArteMonaco, con miras a incluirlos en uno de sus eventos. A   finales del  año pasado  Rodríguez los citó a los tres  y escogió once pinturas de Vásquez para la feria de arte en Mónaco, que se realizó  del 31 de marzo al 3 de abril 2011.

A su regreso a Montreal, el artista de origen Guatemalteco me envió unas palabras de agradecimiento por mi apoyo durante LatinArte 2010 y  por haber mantenido el interés de  Jhonessco Rodríguez en los tres  artistas, hasta lograr a la selección final.  Vásquez  dio un paso enorme en su carrera profesional  al exhibir sus   obras en Europa y convertirse en la imagen oficial gracias a su  Buhonahual.  Superada  la euforia, Juan Manuel  encontró una noche tranquila,  para hablar de asombrosa experiencia en Mónaco, su vida   y sus proyectos.


¿Cómo tomó la decisión de irse  a Mónaco?

Rodríguez escogió once  de mis pinturas  e  hicimos todo el embalaje. Cuando  vi  toda esa cantidad de  pinturas que iban a Mónaco, me dije  vale la pena ir. Mi sorpresa fue mayor cuando encontré  plegables con la foto de mi pintura en el aeropuerto de Niza,  al subir al autobús  rumbo a Mónaco,  vi  que en cada parada  había un afiche,  plegables  e incluso  banderas  gigantescas en las calles del principado. Fue  increíble, no esperaba algo  tan grande.


¿Qué fue lo primero que notó en este gran evento?

La exposición duró cuatro días en Fórum de Grimaldi, que  es el centro de convenciones de Mónaco y había  cincuenta y dos galerías de todo el mundo. Cada artista  tenía su espacio,  pero yo era  el único  que tenía  más pinturas en un mismo lugar.  Lo más interesante  es que pude interactuar con  galerías que traían obras de  Botero, Picasso,  Dalí, de escultores famosos y pude hacer muchos contactos.

¿Recibió propuestas?
Una  galería en Suiza  se interesó en mi trabajo y la idea es hacer una exposición  con ellos pronto.  En Niza tuve una excelente propuesta  de una de los centros de arte   más importantes de esa ciudad. No olvidemos que  después de Paris,  Niza es el segundo gran polo de desarrollo del arte en Francia, allí  existe una escuela de  arte  muy reconocida en arquitectura,  pintura y  quien comercializa todas estas esculturas es la misma galería que escogió mis obras.

¿Qué sintió  al despertar ese interés?
Muchas esculturas de esta galería son un  homenaje a Pablo Picasso, esto sin mencionar la calidad de los artistas que ellos representan,  me sentí caminando sobre las nubes en Art Mónaco.  He sido muy constante, mi compañera me ha apoyado bastante en mi trabajo, pero  todavía no despierto, sigo pensando  ¿esto será cierto?


¿Cómo percibía su propia obra  en medio de tantas piezas de arte?

Me sentí reconocido en Mónaco. En  este tipo de exhibiciones pasa desapercibido la nacionalidad, pues  la gente va  más por el trabajo y no tanto por  la técnica,  sino por  lo que representa  la pintura, entonces hubo muchos comentarios positivos acerca de mi pintura, me sentí muy bien. En  Montreal se hace arte a la altura del mundo,  hay muy buenos artistas, pero pienso que lo que hago sobre sale en este tipo de exhibición, fue el lugar adecuado para mostrarlo.


¿Recibió alguna crítica?

A veces uno tiene inseguridades y la verdad no me importa  si se hace una mala crítica, porque pienso que tiene un valor. Otra cosa es vender o no vender, pero por ejemplo un coleccionista de  arte  vino desde Suiza  y compró una de mis pinturas. Me dijo que estaba más a favor de lo abstracto y no lo figurativo, pero me aclaró: “ Esto que  voy a comprar me gusta”.

¿Qué tal los precios?
Dejando a un lado los  gastos de aduanas y  envíos, el  precio de la pinturas allá es el que debería  tener todo el tiempo. En Montreal las pinturas tienen tres o cuatro veces menos el valor  de lo que se vende allá. Es una gran diferencia.

MIS PINTURAS ESTÁN EN CONSTANTE EVOLUCIÓN.
La obra de Juan Manuel Vásquez es muy profunda, con solo admirar sus cuadros se evidencia una postura, una identidad  que no es ajena a sus vivencias y portan un mensaje.  Es innegable su paso por  México como asilado  político,  al igual que su vida como inmigrante en Canadá. Como él  firma,  sus pinturas tienen ese desgarramiento que sufrió de  extrañar  la tierra amada, alejarse  de lo que fue su  vida durante muchos años, pues regresó a Guatemala  dieciséis años después de haber vivido en el  exilio.


¿De qué manera la  transición entre México y  Canadá influyó en su obra?

El  hecho de no saber qué iba a pasar al día siguiente con mi vida,  vivir en una constante  incertidumbre, estar como con una mano adelante y otra atrás, sin poder cambiar un par de zapatos durante tres o cuatro años, todo eso me marcó.  Es una impotencia de querer hacer algo, pero no puedes por la situación que estás viviendo, afortunadamente  trabajé  estando en México y pude  pasar el tiempo de exilio ocupado. Después, cuando entré a Canadá tuve un momento en paz para  descargar todo lo que tenía dentro de mí: La opresión, represión, la situación de exilio. Todo lo mostré a través de la pintura.

¿Qué significa el Buhonahual?
Comencé a trabajar en algo que es  propio de mi familia. Mi mamá es Maya, pero  crecí sin tener reconocimiento de mis antepasados, pues en ese tiempo era vergonzoso sentirse indígena en Guatemala, había  mucha discriminación. Últimamente eso  ha cambiado y al salir al exterior empecé a valorar esa parte de mí,   de allí viene el Buhonahual. Cuando un niño nace dentro de una comunidad Maya, los ancianos le hacen un regalo y es el espíritu de un animal que lo va a proteger durante su vida, eso es algo que también se da en los pueblos  indígenas de Asia, África es la misma tradición. Pinté  al animal que protege a esa persona que está en la pintura, pero  es también  una parte que conecta al ser humano con la naturaleza,  para que se aprecie  el ambiente, para no destruir la tierra.


¿Qué simbolizan los  elementos en su obra? .

Hice mucho trabajo con cerámica y se utilizan esos cuatro elementos, el viento, el fuego, el agua y la tierra, pero para hacerlo se requiere del  amor, que es el quinto elemento, por eso es muy importante todo lo que se hace a mano con arcilla, son los cuatro elementos de la tierra más la persona que lo hace con amor, así tiene su significado.  Traté de hacer una serie de veintitrés  pinturas y reduje a tres o cuatro colores mi paleta,  que son colores de la tierra como el ocre, gris, blanco lo limite a esos  colores. Me pongo desafíos  cada vez que pinto y pienso  a dónde más puedo ir. No quiero  conformarme con lo que hago. Mis pinturas están en constante evolución.

¿Por qué es tan vital la textura en su obra?
La textura es todo lo que es el planeta tierra, porque no vivimos sobre una superficie lisa, estamos sobre  superficie con texturas por todos lados, es como cuando estás  en un avión y ves los árboles  las montañas. Yo trabajo mis pinturas a partir de la textura primero, el diseño después y el color,   no es necesario que sea el mismo orden  pero siempre es textura, dibujo, pintura.  No tiene sentido  trabajar sobre una superficie lisa y  le digo a la gente que venga a tocar mi obra, porque los ojos de las manos ven mejor que los ojos del alma. Muchos tocan  y se sienten más cerca  de lo que hago,  me gusta que toquen mis  pinturas.


EL ARTE ES UNA INVERSIÓN

Juan Manuel ha encontrado muchas formas de permanecer en contacto con Guatemala, a pesar de no ir  desde el  2004 apoya  proyectos de agua potable para  niños Guatemaltecos  y  con un grupo de  voluntarios canadienses promueven la  instalación de eco-estufas,  pues las  familias tradicionales  de su país usan fogones abiertos en las casas  y ese  humo negro es perjudicial para la salud, con este proyecto  el promedio de vida se ha aumentado notablemente. Todas estas actividades le ayudan a sentirse cerca de su gente, pero Quebec sigue siendo el epicentro de su trabajo.

¿Qué tan rentable  es Montreal para los artistas?

Mi reto es entrar  el mercado de Montreal  porque es  difícil entrar a las galerías, todavía no lo logro.  Si en Europa el mercado está lento, en Estados Unidos donde  más venden las galerías de Montreal  también está lento, entonces tienes que ser alguien que venda demasiado para que te vean  y piensen que aquí vas a vender.  Montreal tiene la mayor cantidad de artistas de todo Canadá per capital,  pero hay una gran cantidad de oferta y la demanda es poca. Muchos colegas  tienen que  salir a vender al exterior. El mercado de Canadá es pequeño, es  otra razón que impide entrar a una galería.

¿ Y afuera de la ciudad ha encontrado  alguna?
Tengo una galería que me representa en Niza,  otra en Ottawa  y  en Laval,  eso me  da cierta tranquilidad.  El plan es  conseguir  una galería en Montreal,  Toronto,  Colombia Británica,  Nueva York y  Suiza, aunque  sigo trabajando el pequeño mercado, ósea todos los festivales del verano en Quebec. En junio estaré haciendo un taller en la frontera con Ontario, en el Festival de Arte del Mundo Contemporáneo. En septiembre estaré ocupado mostrando mis pinturas, en invierno preparé el material del próximo año.


¿Es partidario de vender copias de sus obras?

He realizado  dibujos o  diseños, para  grupos de derechos humanos, de justicia y paz y vendí  la imagen para  un poster pero  doné lo que recaudamos.  Pienso que lo que uno hace lo debe ver la mayor cantidad de gente,   no tengo ningún problema que mi pintura esté en una  T-shirt pero cuando he hecho reproducciones,  advierto a los clientes que es  una copia  y yo vendo originales, lo cual  es una  inversión, aunque mucha gente no lo vea así.  Tenemos  una gran cantidad de artistas, pero la gente en Quebec no se da cuenta que ellos serán la vanguardia del arte, ahora pueden ver y adquirir  esas a bajo precio, pero la gente no las compra.

¿Es diferente en  Europa?
Quebec no tiene  una educación en el arte, no es como en Europa donde la gente por años ha comprado obras, las coleccionan a pesar que  las casas son  pequeñas y  es difícil  guardarlas. En Europa el arte es una inversión, por eso  los artistas consagrados venden a grandes precios porque la  gente compra una pintura de ellos y  en cinco años la  venden  y obtienen 50 mil dólares o euros de ganancia, es una inversión grande.


Si usted  fuera alguien con ganas de invertir en arte ¿Qué artistas de Quebec  incluiría en  su colección privada ?

Es una inversión a largo plazo, digamos a  20 años , si pensamos en una colección que podría dar mucho dinero , yo sugeriría  por ejemplo comprar  obras de  Dominic Besner ,  un artista que ya está más valorado,  de  Yoakim  Bélanger, o una artista como  Marie- Anne Brassard  o   Stéphanie Laurin quien tiene sólo 24 años y tiene un trabajo muy destacado.  También las obras de  Chantal De Serres , con quien he trabajado en varias ocasiones.


¿Qué diferencias observa en el público  en el momento de adquirir  las obras?

En Europa todo se hace por  catálogo. Vienen a ver las exposiciones, después van a su casa, o a un café, se sientan lentamente, observan y  llaman a la galería,  a partir de allí hacen el negocio. En Montreal  todo se reduce al  coup de coeur , me  gustó la pintura la voy a comprar, pero si tienen dinero en el bolsillo, de lo contrario,  no.


¿Le inspiró de alguna manera esta experiencia en Mónaco?

Cuando hablo de inspiración pienso en Picasso: El artista debe trabajar todos los días. Si la inspiración llega algún día, que te encuentre trabajando. Regresé con muchas ideas y proyectos en mi cabeza. Siento que mi  trabajo ha cambiado, porque  hay influencia de la sociedad donde uno vive, igual el color me sale sin querer,   el invierno no me induce a  pintar solo grises.  Ver  el sol, el mar en la Costa Azul llegar a Montreal y encontrarse otras culturas constantemente, es algo que influye.   Pero   si no hay inspiración hay trabajo de oficina, una vida familiar. Cuando estaba soltero no tenía horario, ahora sí.

Por último, usted afirma que el arte es tan necesario como el aire que respiramos. ¿Por qué?
Si un  país  le da  educación a sus niños,  salud a su población y si apoya el arte en todas sus manifestaciones  va a crear una sociedad sana. Estará formando seres humanos con una gran sensibilidad, podrá  ir más allá que los demás países. El fútbol es importante,  pero el arte es más que un deporte. Si  en lugar de tener un ejército dejaran esos cuarteles para escuelas de artes  o centros para investigar enfermedades,  las cosas cambiarían mucho. Pero le damos más importancia a un ejército, compramos armas, aviones, taques.   El arte es importante para sobrevivir, es como el aire que respiramos. Un país que apoya a sus artistas  crea empleo, bienestar.

Fotos: Juan Manuel Vásquez.
Video: Stéphanie Laurin 
Agradecimientos: Jhonessco Rodríguez

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