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Crónicas - May 4, 2011

Rosario Heins: defensora de nuestra identidad

La identidad empieza en la infancia. Rosario Heins creció  junto al mar,  observando el  sensual  meneo de las caderas de las Palenqueras que pasaban por su casa ofreciendo  frutas, con sus rostros mulatos, alegres y desprevenidos.  Los pensamientos, emociones, pasiones,  historias y vivencias  que descubrió en estas vendedoras de la calle  la inspiraron para ir en búsqueda del color, la luz y  el volumen de cada fruta que pinta.  Su  fascinación  por  la figura y gestos humanos  han convertido a  esta  colombiana radicada en Montpellier, en una artista consagrada al perfeccionamiento  del arte del  Caribe.

 

Heins vive en Francia desde hace muchos años, pero tiene una cita anual con su amada  Barranquilla,  allí escarba en los baúles de sus recuerdos para alimentar su inspiración. Es por eso que sus ojos no se cansan de admirar  del colorido del Carnaval, el enigmático  azul del cielo, la profundidad del mar y sobre todo el calor humano de los  habitantes de la Costa.

El   Caribe vibra  en su obra y  Rosario defiende su  identidad en cada pincelazo que da.  Es amante empedernida de la Salsa, le encanta bailar, reír, adora la cultura francesa  pues su esposo nació en ese país y sus hijas adoptaron esa nacionalidad,  pero no abandona su esencia jamás.   No en  vano a cualquiera se le hace agua la boca con solo mirar  una serie de sus  mamoncillos, papayas o bananos… sus frutas son irresistibles al paladar.  No encontré una mejor ocasión para entrevistar a Rosario Heins que  un fin de semana, cuando estaba  en la intimidad de su taller, rodeada de sus pinturas y sus carboncillos. Con una charla agradable pude  desnudar el alma de una artista que lleva el Caribe a flor de piel.


¿Cómo ha sido la aceptación de su obra en Europa?

Siempre ha llamado la atención el colorido de mi obra y el tema, que es completamente diferente a todo lo que se había visto acá.  Una vez expuse en Suiza  en la Feria de Arte Europa y fui a la inauguración de los artistas del Este, ellos exhibieron una pintura muy sobria, opaca, triste, con  rojos oscuros,  negros,  en contraste con el colorido de mis temas. La gente notó enseguida esa diferencia tan grande.


¿Y en  Montpellier?

La Alcaldía me prestó  la  galería  Sainte-Marie   por quince días, es algo que hace con todos los artistas de la región para apoyarnos,  el público  vino  a mi  exhibición y le llegó al  alma mi arte, les alegraba el día, muchos visitaban mis obras  en las mañanas antes de irse a trabajar. Fue muy estimulante saber que podía alegrar la vida de otras personas. Me preguntaban sobre las palenquearas, el carnaval de Barranquilla… Después comencé a tener  varias exposiciones,   estuve como invitada de honor en el salón de otoño  de la Grande Motte una  ciudad cerca a Montpellier  y me dieron la medalla de la ciudad en el 2008. Fue muy  interesante representar mi   país,   ver cómo apreciaban  mi técnica y mi tema.

A propósito, ¿Qué técnica emplea?
Mi técnica es sobre un lienzo muy fino que trabajo desde hace muchos años. Es una tela de puro lino muy fina, porque me gusta trabajar con el lápiz, dibujar encima y voy plasmando el mínimo detalle, me gusta detallar.


¿Cómo ha sido esa búsqueda del color en su obra?

Antes era más dibujante que pintora. Para mí el dibujo ha sido clave porque adoro dibujar, tengo un lápiz en la mano y no puedo parar de dibujar, es como una prolongación de mí. Empecé a dibujar las palenqueras, con  una modelo que teníamos en la escuela de Bellas Artes, que era una negra con unas facciones muy lindas. En 1980 me fui a Cartagena  y allí encontré la fuente de mi inspiración con todas las vendedoras de frutas,  con ese paisaje de la playa que tanto me llamó la atención. Comencé a poner el color muy tímidamente, porque hacía  todo en lápiz grafito.

Probé la técnica del óleo, pero no me gustó  mucho por el olor, me intoxica un poco. Inicié  con acrílico y lo manejo como si fuera una acuarela. Mis cuadros no tienen texturas, son lisos porque trabajo muchas  aguadas,  muy finas. Una característica de mi obra es que no hay texturas,  además  mezclo el dibujo con la pintura.

¿Cómo define su arte?
He sido muy figurativa porque  me encanta  la figura humana hay gente que dice que le cuesta mucho  dibujar rostros, o las manos,  pero he logrado captar la característica  de cada personaje que pinto y captar cada  gesto que tuvo en un momento para posar para mi cámara. Siempre tomo  fotos  en vivo y después pinto ese momento que capté con el lente. En el carnaval, en la playa, tengo mi cámara, mi esposo  es fotógrafo profesional, pero tiene otro punto de  vista, otra manera de  ver las cosas. Por eso donde oprimo el botón, busco el objetivo de lo que me interesa. Trabajo a partir de esa fotografía que he tomado y mezclo lo que me gusta.

LA LEY DEL REBUSQUE

Rosario es  muy espontánea, para ella es vital   lograr esos volúmenes a través de la luz,  la sombra y el reflejo sobre la forma de cada  fruta.  No se programa con un tema específico, aunque está enmarcada en Colombia, en el Caribe. A medida que capta una realidad consigue de manera ágil plasmar  un contexto social, un mensaje que refleja un fuerte contenido emotivo. Es por eso que su obra denota una pertenencia específica al modo de vivir y pensar de los caribeños.

¿Qué tema está trabajando actualmente?
Estaba probando la cámara con  un lente nuevo que tenía y de repente vi al señor  que vende los salvavidas en la playa,  le tomé las fotos cuando  caminaba por toda la orilla. . Después aquí en Francia comencé a ver las fotografías   y me pareció excelente pintar a ese vendedor  caminando con sus flotadores. Empecé a trabajar e hice muchos bosquejos,  los puse en Facebook y a todo el mundo le encantó.
Volví a Colombia y empecé a estudiar  más  ese  personaje y  descubrí que en los flotadores aparecen en varios idiomas las advertencias, bueno en esa partecita escribí un  texto sobre lo que significa el rebusque para nosotros, lo estoy traduciendo al francés y al  inglés para contar esa historia.


¿Cómo concibe usted ese rebusque?

En Colombia, nosotros sabemos sacarle provecho a lo que no tenemos, sin quejarnos tanto, a pesar de no tener nada. Sin embargo,  en Europa  vemos personas que tienen todo y se quejan absolutamente de todo, mientras allá vivimos  con lo mínimo pero felices, somos recursivos. Por eso el tema del rebusque me interesó muchísimo, se  sufre por tener ese sustento diario,  no tienes con qué comer  pero en medio de esa problemática social,  existe  belleza,  en medio de todo ese flagelo, encuentras una palenquera que te ofrece una fruta diciéndote “mi amor”  sonríes y ya se te olvido que estabas enojado, que tienes un problema. Toda esa parte bonita de la persona caribeña es lo que yo quiero mostrar.


¿Colombia es un país estigmatizado por la violencia, c
ómo logra esquivar ese tema?.
A mí me afecta muchísimo todo lo que suceda en Colombia,   desde hace más de 40 años tenemos guerrilla  y a nivel mundial eso es lo que transmiten todo el tiempo los noticieros, por internet, etc. Yo  lo que quiero mostrar es mi cotidiano, lo que me rodea, por lo cual yo vivo, lo que yo siento,   soy Caribe cien por ciento  me encanta bailar salsa  y estar en contacto con la gente, me gozo mi carnaval y busco todo este colorido. Cuando llego a Barranquilla,  estoy en medio de la locura en el desfile, es tanto colorido, tan enriquecedor, es impresionante, todo eso me llena mucho y he querido mostrar esa parte del Caribe, de lo que veo  todo el tiempo,  que la gente sienta lo que yo siento.


Dentro del rebusque,  esta la vendedora de frutas, que usted pinta con lujos de detalles. ¿Cuál es su  preferida?

Me encanta comer  Níspero.  ¡Es una delicia!


¿Qué fruta le causa más dificultad  de pintar?

La piña con la piel porque tiene un montón de cositas,  cada rombo  es diferente y tiene una luz distinta. Es la fruta más complicada para dibujar por  la cantidad de luz que recibe, los  colores,  las  sombras.  Si ves el cuadro de la bandeja  de mamoncillos… son muchos,  nunca los he contado  pero me tomó  tiempo pintarlo,  cada mamoncillo tiene una luz y color  diferente,  cada verde  tiene una sombra distinta de acuerdo a la luz que recibe.

¿Incluye  algunos elementos  para acompañar sus frutas?
Antes no me gustaba el  plástico, pero ahora me encanta, Resulta que tu compras algo y te lo dan en una bolsita plástica, por eso  empecé a trabajar el tema de las bolsas con  sus transparencias, arrugas, la luz que reciben,  me parecio súper interesante. Soy muy observadora y la sombra y la luz te dan el volumen. Se me volvió muy fácil hacerlo pero tuve que  trabajar día y noche,  soy muy disciplinada con mi trabajo.

LA OTRA COLOMBIA

Heins ama el contacto humano, por eso vivir en Montpellier le agrada mucho porque   es una ciudad pequeña en donde aún no se ha perdido la idea de vivir en comunidad. A ella  le gusta estar rodeada de amigos, saludar a sus vecinos y tener sentido de pertenecía con su país de adopción. Se siente muy  a gusto en Francia y a través de su arte se ha convertido en una excelente embajadora de nuestro país, porque con sus temas  alimenta el amor por Colombia,.


¿Cómo le ha ido con la comercialización de sus obras?

No ha sido  fácil comercializar mi arte aquí. Yo misma manejo mi obra,  no tengo una galería, vendo en mis exposiciones. A pesar que mi obra es grande, que  en Europa la gente tiende a vivir  en espacios  más pequeños, he logrado meterme en el mercado,   pero muy despacio, no ha sido fácil. Afortunadamente,  tengo muchos clientes colombianos que viven fuera del país, son  mis seguidores y siempre me contactan por internet para adquirir mis obras.


¿Cómo ha sido el tratamiento como artista inmigrante en Francia?

Como artista he tenido una gran acogida, eso  me ha estimulado  porque les ha encantado mi obra, han visto la calidad de mi trabajo. Me han invitado hacer varias exposiciones  cerca a Montpellier como por ejemplo  en Port Camarque, tambien   tengo una expo en Canes que se llama Artistas del Mundo,   somos de varias partes y yo represento a Colombia a pesar que soy ciudadana francesa. Es una exhibición  muy importante hay artistas de todas partes.

¿Cómo organiza sus exposiciones?
Tengo dos o tres exposiciones al  año, trabajo  muy duro, cuando voy algún lado llevo mi cámara, trabajo en mi taller. Preparar cada exposición toma de seis a ocho meses. A veces guardo cuadros del  año anterior y los incluyo en la exhibición  para ver la evolución que se va haciendo,  es una preparación larga,  cada obra se  lleva  un mes y trabajo varias al tiempo. Cuando ya  estoy saturada de no lograr lo que quiero,  paso a otra obra,  me refresco paso a otra y cuando tengo más ausencia, regreso y ya tengo la solución de cómo puede quedar mejor .


¿Qué actividades realiza en Montpellier?

Los artistas tenemos talleres en la ciudad y abrimos al público dos veces al año en invierno y en junio para compartir con  la gente. Todos los  martes asisto a un taller libre,  somos doce  artistas que nos reunimos con la modelo, no hay profesor cada uno trabaja el desnudo como quiera,   cada pose va de tres a veintinco minutos.  En ese tiempo lo que tu logres captar ya sea  gestos o  cosas que te interesen  en esos  tres minutos.

¿Qué artistas admira?
Como siempre trabajo el desnudo me encanta Darío Morales, pues he tenido una  influencia muy grande. He hecho muchos  desnudos, por mi cuenta,  tengo una serie en mi estudio  en lápiz, en blanco y negro. Mi primera exposición fue con  desnudos y palenqueras. Me gustan los clásicos como  Miguel Ángel porque  la figura humana  para mi es importantísima.


¿Cómo conserva ese vínculo con el arte colombiano?

Siempre mantengo contacto con mis amigos artistas  como Roberto Angulo, Carla Celia, Pedro Ruiz. Pedro tiene un tema de los desplazados que lo trabaja de una manera muy bella con una poesía que no te choca, dice lo que tiene que decir sin que sea desagradable. Vicky Neumann es completamente abstracta trabaja el paisaje la figura,  la distorsiona es diferente,  tiene algo interesante. Igual sucede con  Nohemí Pérez  es de  Bogotá,  trabaja el tema de las ciudades, los suburbios la noche, todas esas manifestaciones me fascinan. Cada uno tiene algo que mostrar.


¿Qué tan competitivo es el arte colombiano?

En Colombia  se tiene un muy buen nivel,  hay mucha conciencia de trabajar bien,  de presentar un proyecto interesante,  de tener un contexto,  un fondo, todo lo que significa esa obra alrededor, es un trabajo serio. El arte tiene mucho valor.


Finalmente, ¿Cómo se puede adquirir una obra suya?

Yo manejo mi obra, durante mis exposiciones  la gente puede comprarla o  través de mi correo electrónico me contactan, les  envío fotos de las obras que tengo. Tengo  planes de hacer una exposición  en Bogotá el año entrante,  pero es un proyecto apenas.

 

Rosario Heins
rosarioheins@hotmail.com
rosarioheins@rosarioheins.com

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