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Cultura - June 20, 2010

¿Fiebre de fútbol?

Cuentan que cuando la selección de Brasil juega, el país entero se paraliza y no es para menos, porque siempre tienen estrellas que se roban el show, a falta de Ronaldinho, en el 2010, hoy vemos a un Robinho ! Lo que yo no sabía es que los brasileros siguen la regla de oro de acompañar a su equipo sin importar en que rincón del mundo se encuentren y como es la primera vez que veo un mundial en Montreal quiero compartir con ustedes mi experiencia y que me cuenten cómo están viviendo “la fiebre” del futbol en la isla.

Si, ese famoso síntoma caracterizado por un aumento en la temperatura corporal interna, que va más allá de los niveles considerados normales (37°C), pero que en términos futbolisticos se traduce en esa pasión, entusiasmo y fanatismo que despierta una copa mundial como la que se está jugando en estos momentos en Sudáfrica. Colombiano que se respete y viva en Montreal sigue los partidos o por lo menos padece de “calores”futbolisticos peores que los de la menopausia, gracias a la calentura de 39 grados que nos dejaron Shakira con su “ Waka Waka” y Juanes con “El Yerbetero” el día de la inauguración , un espectáculo que no pasó desapercibido para el presidente sudafricano Jacob Zuma ni para los millones de espectadores del mundo entero.

Como podrán ver yo hago parte del nutrido rupo de mujeres que disfruta viendo

los partidos de fútbol. La fiebre me llegó a una tierna edad, cuando mi papá (q.e.p.d) tuvo el privilegio de tener su primer televisor a color para ver el mundial de fútbol en Colombia por allá en los años setenta y no hubo poder humano que lo despegara del televisor. La casa se convirtió en un estadio de fútbol: gritos, aplausos, acaloradas y eternas discusiones, acompañadas de pasabocas y una gama extensa de bebidas refrescantes, que terminaba a veces en una parranda. Por supuesto yo encontré la mayor excusa para evadir la hora de dormir pues se me ocurrió decir: “yo me quedo con mi papá” , quien inmediatamente me acomodó en una silla, como si estuviera castigada y afirmó sonriendo: “Si, a la nena le gusta el fútbol”. Ahí quedé matriculada con mi progenitor quien era fanático de este deporte, además ex jugador en sus años mozos y gerente del Unión Magdalena uno de los equipos de fútbol de Colombia.

Mi papá era tan apasionado al fútbol que le contestaba a los comentaristas deportivos de la radio cuando no estaba de acuerdo con lo que ellos opinaban y no sé cuántas veces le recordó todo el árbol genealógico al famoso *Edgar Perea. Cuando su equipo recibía a un visitante como al equipo Santa Fe, si alguno de sus amigos tenía la desgracia de ser hincha del equipo capitalino y éste marcaba un gol, le abría los ojos y lo amenazaba: “ Ni se te ocurra gritar ese gol!”

En mi casa vi desfilar todo tipo de extraordinarios balones de fútbol, guayos, rodilleras, pantalonetas, camisetas etc, etc porque mi papa vestía a mis cuatro hermanos de pies a cabezas como si fueran jugadores profesionales. Incluso un día cuando estaba en Argentina buscando jugadores para la nómina del Unión, entró en un almacén de Buenos Aires para comprarle los “uniformes” a sus muchachos y un vendedor porteño de esos bien “prudentes” le dijo con un acento bien “porteño” : ‘¡Si sus hijos juegan como se visten…Son unos campeones!”. Ese es el chiste del milenio en mi casa.

Obviamente ninguno de mis hermanos fue futbolista, pero sufren de la “fiebre” y gracias a uno de los menores pude volver a sentir uno de esos “calores” del Mundial, en Montreal, (aclaro, no “fiebre”) porque menos mal, sigue la copa de Sudáfrica y me recuerda los horarios. Fue así como el martes pasado cuando caminaba hacia la sala de prensa de la casa del Jazz mi hermano me interrumpió dulcemente en el teléfono: “Bueno, bueno…ya cállate porque empezó el partido de Brasil contra Corea ” . ¡Que palabras tan mágicas! Yo me volví como loca buscando la transición de en pleno centro de Montreal, había olvidado por completo eso, creo que Bruno Hidelbrando envió una invitación por Facebook, pero estaba lejos del restaurante donde estaban reunidos, lo único que veía eran escenarios y pantallas gigantes para el Festival de la Francopholie. Busqué rápidamente las imágenes de los plasmas con la ilusión de ver el partido, pero estaban pasando un concierto, descaradamente le pregunté a uno de los coordinadores de prensa si iban a sintonizar el mundial más tarde y me cayó tremendo baldado de agua fría cuando me contestó: *: “Désolé Madame, C’est les Francos!

Bajé a la calle Sainte Caherine a ver si la gente se aglomeraba en algún sitio, así como hacen en Colombia al medio día, que hay largas filas de personas pegadas a vitrina de un restaurante para ver la transmisión en plena calle, ahí como idiotizados y nada… hasta que se me ocurrió ir hacia el lado del restaurante Eggspectations del Hotel Hyatt, miré disimuladamente y había una parejita tranquila viendo el partido. Entré, me senté con un temor el macho de pensar que no iba a poder gritar el Gol como es debido y me consolé con la idea de hacerlo virtualmente, así que le escribí a mi hermano “listo” y le mandé una foto de la parejita que estaba en frente de la pantalla. En cuestión de segundos me respondió desde Colombia: “No pues, que ambiente… psssss”

Bueno, no hay mal que dure mil años ni cuerpo que lo resista y no sé de dónde salieron dos brasileros ejecutivos que se sentaron al lado de mi mesa, muy educados ordenaron algo de comer y con la mayor naturalidad del mundo abrieron un morral y se pusieron “severas” camisetas del equipo Brasilero, mientras le decían *piropos a la mesera, que se puso roja de la vergüenza, pero con el ego femenino a la máxima potencia les trajo su par de cervezas. En menos de dos segundos nos hicimos amigos, terminamos hablando portoñol y gritando los dos goles de Brasil. Cuando anotaron el primer gol, mi querido y solidario hermano me lo chateo en el Blackberry y yo le mandé una foto de mis dos alegres vecinos. Le escribí: Mira idiot, ¡Ya me llegaron refuerzos! ¡Que viva Brasil!

*Edgar Perea: Comentarista deportivo colombiano

*Severas: espectaculares, bonitas.

* Désolé Madame, C’est les Francos! Lo sentimos señora pero estamos en el festival de la Francopholie *

* Piropos: Frases cortas para elogiar a alguien.

Fotos: FIFA./ Shakira.com/

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