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Colombia - July 19, 2019

Colombia viva en Dinamarca

@NataliaGnecco

Vestirse de tricolor, cantar el himno, tomar aguardiente, bailar, saborear la comida típica y compartir con los paisanos colombianos

es un plan irresistible todos los 20 de julio para quienes viven en el exterior, por eso Fidelina Manjarres Ditta cuenta los días que faltan para la presentación de su grupo Colombia Viva y contagiar a muchos daneses de los colores amarillo, azul y rojo que enaltecen nuestro folclor.
A pesar de tener unos ensayos extenuantes, el espíritu de camaradería que reina alivia las jornadas laborales y compromisos familiares de todos los miembros del grupo, hasta de aquellos que viven lejos de Copenhague y se echan la rodadita a la capital de Dinamarca para dar a conocer las danzas típicas colombianas. Después de todo viven en un país que les ha abierto las puertas, les ha brindado muchísimas oportunidades, pero eso sí, les hace falta ese “calorcito humano”, que los anima a seguir luchando por alcanzar sus metas en la vida.

Fidelina vive en Dinamarca hace 15 años y el grupo de danzas Colombia Viva nació de la Asociación Colombo Danesa (Ascolda ) fundada hace 23 años. Con emoción esta orgullosa costeña narra: “mis paisanos colombianos se reunían para hacer actividades gastronómicas y departir los domingos de manera tradicional y a uno de ellos se le ocurrió la idea de bailar un 20 de julio. Confeccionaron seis vestidos blancos y montaron una pequeña comparsa, sin saber que esta iniciativa iba a tomar tanta fuerza, pues los llamaban para animar almuerzos, cenas, matrimonios, primeras comuniones, cumpleaños, etc.”

El tiempo transcurrió y la acogida fue tan positiva, que se hizo necesario cobrar por las presentaciones para renovar el vestuario, cubrir gastos de logística, el sonido, etc. El minúsculo grupo de bailarines se independizó de ASCOLDA, que es una Asociación sin ánimo de lucro, aumentó su número a 50, hoy son invitados de honor de grandes eventos como København Karneval, Kuturhavn, Festival de Malmö, Festival en Gilleleje, la Feria Internacional de Culturas, las Fiestas Nacionales del Perú y de Chile; la Feria del Libro organizada anualmente por la casa Latinoamericana de Copenhague, entre otros. 

¿Pero qué tan fácil resulta liderar este grupo desde el territorio escandinavo? La directora de Colombia Viva confiesa que el reclutamiento no deja de ser dispendioso, pero lo más difícil es conseguir el vestuario, prácticamente trabaja con las uñas, deben recaudar dinero todo el año para cubrir la confección de los trajes típicos, elaborados por costureras en Colombia y explica: “hacemos tres fiestas al año, ese dinero lo usamos para pagar la música, el transporte, la comida de los bailarines, etc. Aquí en Dinamarca no saben hacer el estilo faldas nuestras, pagar por el envío es costoso, digamos que recurro a mi bolsillo para poder tener el presupuesto completo”.

Por promover la cultura colombiana en Dinamarca, a Fidelina la apodan “la embajadora”. Pero, así como muchos paisanos la animan a seguir adelante, otros critican su esfuerzo sin remuneración y le dicen: ¿para qué te desgastas en esto? Si no vives en Colombia, ¿por qué gastas tu dinero? Sin embargo, los cuestionamientos de sus paisanos solo la inspiran a seguir adelante, porque ha descubierto que mucha de la mala imagen que tenemos en el exterior es promovida por la misma diáspora colombiana, por eso añade: “hablan tan mal de su propia patria, que protesto promoviendo el folclor de mi tierra. Algunos emigran con recuerdos muy traumáticos de su infancia, por eso rechazan sus raíces, mantienen una pésima relación familiar, pero es más culpa de sus hogares, que del país.”

Cuando pregunto si reciben apoyos para promover la cultura colombiana en Dinamarca, el tema toca una fibra muy sensible en “la embajadora”, quien con pesar dice: “he enviado muchísimas cartas, te ´puedo mostrar mis archivos, pero lamentablemente nunca nos han apoyado, mejor dicho, me han mamado gallo. No estamos pidiendo dinero, sino un soporte con el carnaval de Barranquilla, con el vestuario, con los envíos, algo… Pero a la fecha cero respuestas.

La directora del grupo folclórico afirma que el apoyo de la Embajada de Colombia en Estocolmo es inexistente, por eso aprovecha la celebración del grito de independencia de Colombia, para desahogarse: “están despilfarrando el dinero en gastos que no nos ayudan a cambiar la imagen del país, no impulsan la cultura, ni el deporte. Hay recursos para otros países, pero no para nuestros expatriados. Desde Ascolda y Colombia Viva subsidiamos a futbolistas colombianos para que vengan a participar en los campeonatos juveniles de Dana Cup y Frederikshavn Cup, lo hacemos con nuestros propios recursos para que conozcan Escandinavia y tengan una experiencia positiva”.

El proyecto en mención, auspicia al Club Deportivo Sembrando Futuro que dirige el profesor Jeison Stiven Parra Galindo, en la Comuna 8 de Villavicencio, un barrio vulnerable de la capital del Meta, en donde 120 jóvenes menores de edad sueñan con la posibilidad de ir a Dinamarca. Las dos asociaciones colombo danesas se encargan de recibir a los futbolistas seleccionados para ir a Escandinavia, les colaboran con comida, hospedaje, city tours, algunos regalitos típicos y les ofrecen la oportunidad de conocer otra cultura. La campaña de recolección de fondos para julio de 2020 ya comenzó y mientras en Copenhague buscan un patrocinador para subsanar gastos de uniformes, con los pasajes a Europa; en Villavo, hacen desde bingos hasta venta de empanadas para llevar a la mayor cantidad de jóvenes a los campeonatos.

Al ritmo danés

Fidelina se declara amante de la arquitectura danesa, de su historia, de su naturaleza, pues a pesar que no hay montañas, cuentan con muchos espacios verdes en Copenhague, porque ellos propenden por la conservación de los bosques. No obstante, es una ciudad gris y la gente tiende a deprimirse fácilmente, además es una sociedad individualista, donde hacer amigos toma tiempo. Afortunadamente, ella ha sabido integrarse muy bien a la cultura, gracias al apoyo de su esposo, su familia y el trabajo que realiza en el hospital.

Obviamente, a los colombianos les da muy duro el clima y el idioma, porque como explica la directora del grupo folclórico, los sonidos son guturales, son muchas consonantes juntas, algunas no tienen sonido y las vocales son escasas, sonriendo dice: “me defiendo bastante bien, pero es un aprendizaje constante. Además, los latinos no estamos acostumbrados a trabajar tan duro y aportar tanto en impuestos. Dinamarca es uno de los países con más alto índice de impuestos sobre las rentas.”
Aprender a convivir con las dos culturas ha sido todo un reto para los Ditta Manjarres, pero la espontaneidad y optimismo reinan en los miembros de esta familia multicultural. “Si entras a mi casa te sientes en Colombia, por la decoración, el ambiente, el menú… Trato de ir lo más posible a Santa Marta y me enorgullece decir que mi esposo es más colombiano que yo”.

Más allá de la Fiesta Nacional

Para Colombia Viva, la prioridad es la celebración del 20 de julio. Anteriormente se hacía una reunión en la residencia de Esneda Sierra Sánchez, primera directora del grupo, quien es poeta, escritora, traductora, autora de libros como Despertar hacia la luz, la cura en un minuto y Por el mundo de la poesía I. Fidelina es la sucesora de Esneda desde hace solo cinco años, pero la comunidad ha aumentado tanto, que el festejo se trasladó a la Casa Latina. Además, se presentan en Gillleje, una casa con jardines amplios que le prestan a Ascolda para honrar nuestra independencia. Una cita que se repite en navidad, al ritmo de novenas navideñas, natilla, tamales, y chocolate.

Este grupo folclórico está tan bien posicionado, que no cesan de recibir invitaciones de muchas ciudades escandinavas e incluso de Francia y España, pero como no cuentan con patrocinio, sus presentaciones se limitan un poco. En el 2020 quieren participar por primera vez en el Aalborg Karneval , el carnaval más grande del norte de Europa que congrega a 25,000 asistentes en el Gran Desfile, seguido de una gran fiesta en Kildeparken, parque principal de la ciudad.

El amor por la cultura colombiana es tan grande, que a pesar de no ser bailarines profesionales, cada día lo hacen mejor, de hecho en Copenhague les dan una hora en tarima y dan talleres para enseñar a bailar a los asistentes. Pero no solo estos grandes escenarios respiran nuestra cultura, Colombia Viva llega también a los asilos, para contagiar con su alegría a los ancianos daneses e inmigrantes, pues muchos mueren solos y abandonados.

Con la celebración del 20 de julio ad portas, Fidelina recuerda que debe reemplazar la antigua bandera de Colombia por una nueva, la cual ondeará con la misma fuerza en el brillante cielo veraniego de Copenhague, como una señal más que se puede hacer patria desde cualquier rincón del mundo en donde nos encontremos.

Fotos. archivos COLOMBIA VIVA

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