Lucia Pulido: Yo no canto por cantar
Una sensación de libertad se apodera de su cuerpo cada vez que sube al escenario, es como si de alguna manera lograra transportarse a ese mundo plano donde creció rodeada de senderos naturales, llanuras, ríos, lagunas y flores silvestres, que impregnan ese romanticismo a las notas melodiosas de un arpa. El joropo y el paisaje se funden en un mismo espejismo para inspirar la potente voz de Lucia Pulido, quien recientemente celebró sus treinta años de vida artística en el Atrium David Rubinstein del Lincoln Center de Nueva York.
El aniversario de la artista, quien desde muy joven vivió en Casanare, coincidió con el lanzamiento de su último CD, titulado POR ESOS CAMINOS, que incluye canciones como A Pilar arroz, Por esos Caminos, Ayer pasé por tu casa, Calavero, El Manduco, Flor de Mayo, Ver llover, Por qué me Pegas, Señor Pascual, Soledad, San Rafael y
Malagueña. Este nuevo repertorio se suma a una amplia trayectoria musical que muchos aún recuerdan, pues en los ochenta en Bogotá conformó el dúo Iván & Lucía, muy conocido por su éxito Alba, el cual nació de un poema del escritor samario José Luis Diagranados.
Esta nueva selección de temas puramente latinoamericanos también reflejan esos diecisietes años de búsqueda permanente que ha hecho Pulido en Norteamérica. En medio de un proceso de inmigración e integración artística, Lucia cambió su pretensión de hacer solo un poco de Jazz en Nueva York, por explorar profesionalmente su voz, alimentarla con sus raíces y reinventarse como artista.
El resultado de esta metamorfosis es extraordinario, su voz pasó de ser simplemente dulce a convertirse en ese grito latinoamericano destinado a estallar y crecer, así como dice el estribillo de Canción con Todos, esa trova anónima que a muchos nos incitaba a cantar cuando oíamos a Mercedes Sossa interpretarla.
En los Estados Unidos, Lucía ha realizado numerosas presentaciones en el Greenwich House of Music School, Museo de Historia Natural, Knitting Factory, Joe’s Pub, Universidad de Cornell, Lincoln Center Out Doors, entre otros y ha participado en varios festivales en Europa, Canadá, Estados Unidos y Latinoamérica.
Músicos de jazz como Edward Simon, Dave Binney, Brian Blade y Fernando Tarrés la han invitado a unir su talento al de ellos, al igual que Christian Fenessez y y Burkhard Stangi dos consagrados artistas de música experimental y electrónica en Viena. Sin duda, estas invitaciones son un acto de confianza propio de artistas de alto nivel, en donde no hay espacio para improvisar la calidad vocal.
HACER MÚSICA TRADICIONAL ES UN RETO.
Logré pescar a Lucia Pulido una semana después de su lanzamiento, en la intimidad de su casa en Nueva York, cuando por fin lograba una pequeña pausa para digerir esos nuevos compromisos que comienzan a germinar luego de su aparición en el Lincon Center,
¿Cuál ha sido su mayor reto como artista inmigrante en NY?
Nueva York es una ciudad fuerte, un sitio que le baja el ego a todo el mundo. Lo peor que puede hacer alguien cuando viene aquí es pensar que va a triunfar, porque ahí se murió, este sitio no es para eso, es para aprender, para hacer contactos, para crear un networking. Lo que hace que yo exista es el trabajo, que a la gente le guste lo colombiano, pues acá solo conocían de música cubana, brasilera, incluso para los colombianos que viven aquí es una novedad. El reto ha consistido en establecer una interacción, en conocer nuevos músicos y que éstos me inviten a crear con ellos, yo me boto al agua, pero les advierto que no leo partituras. Ganar un espacio en Nueva York, una ciudad en donde hay mucha oferta, ha sido un gran logro para mí.
¿Cómo ha sido su encuentro con la diáspora colombiana desde el escenario?
Siento que mi trabajo genera mucha curiosidad no solo en Nueva York sino en otras ciudades del mundo, igual me sorprende porque nunca digo ¡Sabor! (risas) Como soy de Colombia, llega con frecuencia público colombiano y la gente se queja porque no los hiciste bailar, o también dicen, oiga no sabía que la música colombiana se podía interpretar de esa manera.
¿Qué factor ha sido determinante para llegar a tantos años de vida artística?
Estoy celebrando treinta años de estar haciendo música profesionalmente y nunca he ido por un camino comercial, siempre he hecho lo que a mí me interesa, sin pensar en fórmulas. Lo último que pretendo es hacer dinero, es complicado, pero no juego con complacer a la gente, porque se reduce la cantidad de trabajo, sobre todo ahora que se maneja una estética para tener éxito donde la receta es tocar duro y más duro. Hay que tocar rápido y más rápido, decir alegría, sino, no hay nada… Yo voy en la dirección contraria.
¿Qué representa Nueva York dentro de su evolución artística?
Es un proceso de buscar y buscar. El encuentro se ha ido dando, he ido aprendiendo a cantar de cierta manera, es como una conversación, donde me retroalimento de todo y obviamente los músicos son fundamentales, pero cada vez tengo más claro qué no quiero hacer y la sonoridad que me interesa desarrollar. Estuve trabajando por ejemplo, con el baterista, percusionista japonés Satoshi Takeishi, con él hicimos un un disco llamado “Cantos Religiosos y Paganos de Colombia”.
¿Existe alguien especial que haya influenciado su carrera?
Mi encuentro con Manuel Zapata Olivella, (q.d.p) fue fundamental. Nos conocimos en la Universidad de Pensilvania y luego nos vimos en Bogotá, nos volvimos amigos y le consultaba sobre mi trabajo. Recuerdo que yo siempre me disculpaba por trabajar con canciones de autores ya reconocidos, pues lo hago con mucho espeto, me gusta trabajar alrededor de eso. Un día Zapata me dijo quítate el respeto, hay demasiado respeto, la única manera para que la música se transforme es arriesgando algo. Luego un par de veces me dijo escucha esto, eso es un ejemplo de lo que no debes hacer, también me ayudó a seleccionar canciones, por eso mi anterior CD, LUNA MENGUANTE esta dedicado a él. El vínculo con Manuel ha sido importante en mi carrera, él le dio la bendición a mi trabajo, pues para mí era suficiente su opinión como escritor, musicólogo. Si le gustaba a Manuel, no me importaba el resto del mundo.
¿Algún artista en especial que admire?
La influencia más grande que he tenido en mi vida ha sido Violeta Parra, la autora de Gracias a La Vida. Ella siempre fue una gran cantante para mí, por esa pasión que tuvo, la intensidad de las canciones que compuso, su compromiso con la vida, a pesar que se haya suicidado. Descubrí a Violeta Parra cuando tenía once años y me dije eso es lo que yo quiero hacer en la vida. Además me gustan las cantantes de los pueblos, las que nos transmiten las tradiciones.
¿Cómo decide quedarse con la música tradicional?
Empecé a trabajar mi voz profesionalmente hablando, cuando llegué a Nueva York y se ha ido fortaleciendo mucho. En Colombia aprendí a vivir la música, fue una época de mucha rumba, de gozársela hasta la médula, acá es un proceso más racional e intencional. Llegué pensando en hacer jazz, pero me di cuenta que para ser buena no tenía que ser cantante de jazz, el objetivo era aprender a fortalecer la voz. Tuve la suerte de encontrar una profesora que me ha enseñado mucho, era aprender alzar la voz sin importar si era ópera o rock, porque lo que interesa es explorar tu voz. Lo más cercano para mí era la música tradicional y es un reto, porque es muy delicado, tienes una responsabilidad inmensa.
UNO TOCA PARA SER FAMOSO O PARA HACER MÚSICA
Lucia estudió pedagogía musical en Bogotá y con el tiempo ha podido explotar ese aspecto de su carrera, a través de talleres, trabajar con la música popular ha sido uno más de sus descubrimientos como artista. A su increíble voz se suma su talento para interpretar instrumentos como la guitarra, el cuatro e incluso el arpa, el cual dice que ya no domina, pero lo hacía cuando estudiaba la primaria en Yopal Casanare.
¿Qué proyectos tiene para dar a conocer su nuevo trabajo?
Este año estuve en Vietnam y en México. En mayo estaré en Europa, tengo un concierto cerca a Barcelona, voy a Viena para actuar de nuevo con el grupo de jóvenes con quien realizamos el proyecto sobre el Canto General de Pablo Neruda. Tengo una invitación en Lisboa para participar en un Festival de Fados y Boleros. Además iré a Praga a una invitación que me hace mi amiga Martha Topferova, con quien he trabajado algunos proyectos, de regreso paso a Austria a otro Fstival. Pienso ir a Panamá el 15 de noviembre, luego a Venezuela y Colombia, donde el CD ya está a la venta, pero no lo he presentado oficialmente.
¿Ha tenido algún tropezón en su agenda debido a la crisis europea?
Moverse con la banda está muy complicado, a menos que se nos inviten a todos. A veces hay recortes en los presupuestos de los Festivales y se pierden las giras como nos sucedió hace dos años, pues se pierden algunos apoyos económicos.
¿No tiene planes para volver a Canadá?
En el 2011 estaba programando una gira a Canadá a mitad de año, tengo un gran amigo periodista allá, especializado en jazz y es uno de mis grandes admiradores, teníamos grandes planes, lamentablemente mi papá se murió cuando hacía todo este proceso y no pude seguir trabajando, llegó diciembre y no alcancé.
Volviendo a nuestro país, ¿cómo se siente que la ha recibido el público en Colombia?
En el 2010 me invitaron al Festival Jazz al Parque en Bogotá fue una sorpresa muy bonita, pues la gente que recuerda algo de mí lo hace por Iván y Lucia para ellos Lucia Pulido no existe en este sentido y las nuevas generaciones no sabían quién era Lucia Pulido, es una generación intermedia de quienes se acuerdan de algo y quienes están por descubrirme entonces fue muy interesante todo el público era nuevo en un 90% de ese festival de Jazz que nunca me había escuchado.
Es como comenzar con un público que esta abierto escuchar cosas nuevas. Luego me invitaron para la celebración de los diez años del Jazz al Parque y me parecio muy interesante lo que hicieron al invitar a varios músicos colombianos que viven en el exterior y hacemos jazz. Crearon una Big Band increíble. Tocar en Colombia es mi sueño, se ha dado lentamente, también me invitó el Banco de la República y pude ir a tocar en Valledupar, Riohacha, Bogotá, con el trío.
¿Se atrevió a cantar en esta tierra de acordeones?
Recuerdo que en Valledupar las calles estaban a reventar porque el lanzamiento de un artista vallenato, creo era Silvestre y sin embargo tuvimos público. Fue muy curioso, estar en la provincia con el trío, que es algo más experimental, pero la gente recibió lo que hago, que no es música comercial.
Finalmente, ¿Piensa cantar siempre en español, a pesar de vivir en Norteamérica?
Acá se piensa mucho en el crossover para triunfar yo lo entiendo pero prefiero el español, tiene que ver mucho con el respeto por el idioma, siento que mi ingles tiene mucho acento, entonces no tiene sentido cantar en un idioma que no domino a la perfección, no me imagino una Cumbia en inglés, a no ser que se hiciera de otra manera.
Igual uno debe elegir si va a cantar para ser famoso o para hacer música. La verdad, yo no canto por cantar, para mi es mas esta pasión por hacer lo que debo hacer y finalmente le llega a la gente q le va a llegar. Yo digo, ojalá nunca haya un tema, una canción que pegue, que se vuelva el éxito, porque puede matar mi trabajo también. Por ejemplo la canción Alba que se volvió muy famosa.
Agradecimientos: Lucia Pulido
Fotos: Kit prensa- Lucia Pulido.
Créditos fotos:
Christa Engstler
Lucho Mariño
Lukas Beck
Chistian Wurm
Donald Martinez
Sergio Reyes
CANTO
Renata Behncke
Mario Llorca
Jorge Mario Munera
Video: Pequeño fragmento sobre la vida de Lucia Pulidol que prepara el documentalista mexicano Rafael Rebollar.
La Promesa, mi más reciente libro
¡Bienvenidos a todos los amantes de la literatura y a los nuevos lectores que est&aa…