Michelle Ravilet: Un verdadero “paquete” chileno.
La polémica se dio en el sitio web y los afectados dieron sus puntos de vista respectivos, pues es un asunto que no está resuelto, no ha habido entendimiento ni dialogo entre las partes y peor aún ni respeto por los trabajadores que ayudaron a levantar la empresa con su trabajo como periodistas, camarógrafos, libretistas, investigadores, asistentes, etc, etc y me cuento entre este grupo pues a mi también me vulneraron los derechos en esta empresa.
Lejos de destilar veneno en este blog y comenzar a tildarlos de tramposos (adjetivo muy merecido) mi llamado de atención va más que todo para los mismos profesionales. Es un hecho que no se puede hacer televisión sin un presupuesto decente, que cualquier negocio de comunicaciones que pretenda vivir del trabajo “voluntario” de los periodistas va camino al fracaso, llámese Nuevo Mundo Televisión o como se quiera llamar; que el camino que trazaron estos personajes y muchos otros que también han incurrido en la explotación del talento latino, tarde o temprano recibirá un saldo en rojo, pues serán víctimas de su propio invento y la justicia cojea, pero llega.
Mejor dicho, la actitud de estas personas no va a cambiar seguirán leyendo en “su propio libro” es decir: que se están sacrificando por el futuro de la comunidad latina y que todos somos unos desagradecidos. Sin embargo, quienes si deben cambiar de actitud son los profesionales porque en el momento en que TODOS y absolutamente todos nos pongamos de acuerdo en NO regalar nuestro trabajo, habrá respeto por la profesión y se evitará que siga en aumento esta explotación. Lo digo en serio, no se regalen!
De nada vale la excusa que es importante adquirir experiencia en Canadá pues lo único que han ganado muchos con esto es una frustración total y rechazo a nuestra loable profesión. Hay oportunidades buenas y hay que saber esperar, pues trabajar sin recibir un salario nos convierte en víctimas de estas personas malintencionadas que prácticamente pretenden que uno les haga un altar por ser tan, pero tan generosas de permitirnos ejercer nuestro oficio, mejor dicho ellos son casas de beneficencia, herederos de la Madre Teresa de Calcuta!
Pues bien, los invito acabar con este circulo vicioso. La responsabilidad está en nuestras manos, acabemos con el cuento que periodista o comunicador que llega a Canadá cae “redondito” en las garras de estos personajes porque la cláusula es que “para ganar experiencia hay que regalarse” y hay que entender que están empezando… pobrecitos, mientras tanto ¿quién paga las facturas?
Amigos míos hay que tener confianza en si mismos, no abandonen su oficio, aquellos que hayan tomado la vía legal pues reclamen sus derechos, no desmayen en su empeño. Pero eso si pasen la página de los malos momentos y de las frustraciones y ante todo cambien de actitud: ¿Si uno mismo no valora económicamente su trabajo entonces quién?
La Promesa, mi más reciente libro
¡Bienvenidos a todos los amantes de la literatura y a los nuevos lectores que est&aa…