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Colombia - July 8, 2012

En el circo nada es imposible

Las carpas del Circo del Sol le dan un toque de misterio  al  Viejo Puerto de Montreal, la expectativa aumenta al tiempo que la imaginación se recrea con la fantasía, la magia, la música y todos los personajes del mundo circense, que esta vez se dan cita en “Kooza”, el nuevo espectáculo del reconocido Cirque du Soleil (Circo del Sol). A la entrada de su toldo principal  un ingrediente adicional se asoma, es la bandera de Colombia, que por primera vez está como huésped de honor.

 

Este privilegio ha sido posible  gracias a la participación de Jimy Ibarra Zapata y Carlos  Enrique Marín Loaiza en un acto llamado,   “La Rueda de la Muerte”, que le corta la respiración a los espectadores por la perfecta combinación de acrobacia, velocidad,  fuerza física y riesgo. La rueda o péndulo consta de un aparato que pesa 700 kilos y es impulsada por Carlos a una velocidad aproximada de cincuenta kilómetros por hora,  mientras que  Jimy realiza sorprendentes acrobacias en el aire.

El trabajo en equipo es la fórmula para hacer vibrar al público de emoción, así lo reconocen estos dos  artistas, que un día salieron de Colombia con sus maletas cargadas de sueños y  después de sortear muchas vicisitudes, de trabajar en varios circos de América Latina y Europa, finalmente llegaron al circo más famoso del mundo.

Ambos hicieron sus pinitos en el American Circus en Bogotá y recuerdan con agradecimiento a Felipe Acero, quien les brindó la  oportunidad de demostrar sus habilidades. Carlos asegura que Jimy es como su hermano. “Nos conocimos en Pereira en  1993, desde pequeño siempre me gustó el arte cirquense,  a los  quince empecé a ensayar la rueda  gracias a   él y   de allí salió nuestro primer contrato. Mi primer viaje al exterior fue a los diecisiete años, me fui para  Chile aprendí motociclismo, después  nos fuimos a México y allí estuvimos año y medio, luego nos separamos  yo me fui para  Italia con diez dólares en el  bolsillo a probar suerte con  el péndulo”.

Por su parte Jimy, que proviene de una familia circense, cuenta  que estaba de vacaciones en Alemania cuando un amigo le dijo que enviara un demo para el Circo del Sol,  después por pura casualidad  encontró un mensaje en su correo electrónico y fue así como el Circo lo contactó en Europa, para ver  su acto de la rueda y  cuando le preguntaron si necesitaba alguien más, enseguida propuso a Carlos  “El contrato lo anunciaron el 23 de mayo en el 2006 Jimy estaba en Alemania y  yo en Italia, fuimos de vacaciones juntos a Colombia  y llegamos el 27 de noviembre a Canadá. Estuvimos en Montreal formándonos durante  largas jornadas de trabajo,  no dormíamos bien, pensando en el show, apenas nos estamos relajando, pues el entrenamiento y las coreografías son muy difíciles. Además  teníamos un acto listo, pero había que probar el aparato nuevo que  es más  pesado, yo tenía que acostumbrarme, pues soy quien  mueve  la rueda  para que Jimy pueda hacer las  figuras.”

HAY QUE VENCER EL MIEDO

Trabajar con otros artistas ha sido una experiencia interesante a pesar de las diferencias culturales y de lenguaje, Jimy considera que el Circo del Sol les ha ayudado a ambos a desarrollar otras facetas, pues además del acto de la Rueda de la Muerte interpretan otros cinco personajes diferentes en Kooza. Duante los meses previos al lanzamiento les dieron mucho énfasis en la expresión corporal, desarrollo de la voz e incluso Carlos siente que se han convertido en actores, pues les  enseñan a jugar con  la imaginación y a improvisar como si  trabajan en teatro. “Cuando hicimos el pre- show  en abril ante  Guy Laliberté, fundador y director del circo, estábamos  tensionados, pero cada día lo hacemos  mejor.”

Sin embargo,  antes de alcanzar este sueño, cada uno vivió su propio viacrucis. Jimy asegura: “Uno siempre tiene golpes en la  vida, tuve más de cuatro crisis emocionales que afectaron mi trabajo y mi vida personal. Pero pienso que  si te caes, puedes levantarte y  vencer el miedo. Lo más importante cuando uno quiere algo es tocar puertas, pues las buenas noticias no te llegan a tu casa, hay que salir  a buscarlas,  con esfuerzo y mucha esperanza. Yo entrenaba muy duro, pero veía que se me cerraban puertas y pensaba pero porqué, si soy mejor que muchos acróbatas, pero a veces las cosas se dan a su debido tiempo, en el punto exacto, solo es cuestión de tener paciencia y seguir luchando. Además como siempre decimos, en el circo nada es imposible,  todo lo que uno  aprende poco a poco se le puede sacar un buen provecho.

Carlos comparte muchas penas y alegrías con su compañero de trabajo y sin tapujos agrega: Quiero decirle a todos los jóvenes que les gusta el circo que luchen por lo que quieren que  nunca bajen los brazos, que no caigan en las malas pasadas de la vida. Desafortunadamente en Colombia estamos expuestos  a irnos por el camino fácil. Yo era muy humilde,  muy pobre, pero nunca me desespere, nunca probé ningún vicio y  viví en medio de armas en Pereira,  mis vecinos me convidaban, pero siempre me negué, seguía estudiando. Se que es estar sin un peso en mi bolsillo, pero siempre pensaba si así estoy yo cómo estará mi mamá y gracias a ella  estoy acá porque me dijo tenga lo necesario, pero no se vaya por los caminos malos. Muchos amigos  que empezaron conmigo en el circo, hoy están muertos. Trabajar en el Circo del Sol, es algo  indescriptible,  es una oportunidad que se presenta una  sola vez en la vida y tengo que aprovecharla.

Nunca imaginé llegar hasta acá en una edad tan joven, en  el  2003 vi por primera vez el Circo del Sol en Méjico, después pagué mi entrada en  Bélgica para ver “Dralion” y dije algún día tengo que estar allí. Seguía ensayando, pero lo veía lejos, como en  otro mundo por que acá están los mejores artistas. La gente ahora me dice que suerte, pero como dicen por allí, si usted no mira para abajo, no encuentra dinero, ha sido con mucho sacrificio, y con la ayuda de Dios, que nunca nos abandona. 


FORJADORES DE TALENTO

Kooza es en realidad un cofre lleno de sorpresas, que recibe este nombre por la lengua propia que maneja el Circo del Sol, dentro del espectáculo, alguien tiene un poder natural al abrirlo sale un personajes llamado “Inocente” y otro “Tornado” y de allí salen sorpresas e ideas, el  péndulo es sin lugar a dudas el acto más peligroso. Carlos confiesa  que le encanta hacer que la  gente le de miedo y grite despavorida, mientras que Jimy asegura que como colombiano que se respete, le  gusta el riesgo.

Pero la vida en el mundo del circo tiende a ser corta, pues depende mucho de las condiciones físicas de los artistas, es por eso que desde ahora se proyectan hacia el futuro: volver a Colombia a enseñarle a los jóvenes todo lo que ellos han aprendido, pues hay mucho talento desperdiciado y  no hay apoyo para los artistas.

Jimy reconoce con pesar: “En Europa  encontramos que la mayoría de alambristas o  motociclistas  eran colombianos, pero nunca se escucha nada en los medios, nunca se les reconoce.” Carlos le  complementa: “Nosotros somos los primeros artistas colombianos en pisar la pista, después llamamos  a otro paisano  que ya está en Montreal,  es  acróbata y hace el  número de la   cuerda floja. Así  queremos decirle al mundo que en Colombia hay talento, que hay que echarle ganas, que es cuestión de  sacrificio”

Kooza estará en Montreal hasta el 24 de junio, después les espera una gira en Canadá y otra por las principales ciudades de Estados Unidos. Carlos y Jimy saben que el reto continua, el circo les exige dar lo mejor de si mismos, todos los días,  pero en sus rostros hay  pasión por su oficio y la certeza que quieren envejecer compartiendo con otros talentos jóvenes,  los frutos de  su labor.

 

Fotos: Circo del Sol.

* Crónica publicada en Conexión Colombia desde Montreal en el 2008. A partir de este momento Carlos y Jimmy se dieron a conocer en muchos medios de comunicación de Colombia y el extranjero.

* Esta misma entrevista se transmitió en Radio Mcgill de Montreal con el locutor German Posada.

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