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Diaspora - July 2, 2020

¿Un apartheid de judíos sobre palestinos?

Mientras en el mundo se confirman más de 10 millones de casos por el covid-19 y la economía pandémica acapara muchos titulares, el antiguo sueño de los colonos judíos

de anexar el territorio ocupado de Cisjordania a Israel está a un paso de hacerse realidad. Si bien esta anexión unilateral se perfila como una violación del derecho internacional, el primer ministro Benjamín Netanyahu no da señales de dar un paso atrás a su promesa electoral.

La nueva propuesta de la anexión parcial de Cisjordania, territorio ocupado desde 1967 se fue fraguando en medio de 17 meses de crisis política y tres intentos fallidos por elegir un nuevo mandatario en Israel, dado que Netanyahu, aunque ganó las elecciones, no contaba con las mayorías para formar gobierno. Con la amenaza de una cuarta elección y una pandemia a la vista, Netanyahu hizo coalición con el líder opositor Benny Gantz (la facción más radical contra el proyecto de dos Estados) para compartir el poder por tres años. Ahora está gobernando por 18 meses, tiempo durante el cual Gantz ocupa el cargo de Ministro de Defensa y espera su turno para asumir el poder.

A esta coalición política que defiende el plan de anexión de Israel, se le sumó el conocido “Acuerdo del siglo” presentado en rueda de prensa a comienzos de año por Donald Trump, el cual comenzó a desarrollarse desde el 2017 bajo el liderazgo de Jared Kushner, judío, asesor y yerno del presidente norteamericano. El acuerdo, que no hace mención sobre la solución de dos Estados, fue inmediatamente rechazado por el presidente de Palestina, Mahmud Abbas, quien afirmó ante la ONU que este “es un trato entre Estados Unidos e Israel para liquidar la causa Palestina”.

Por su parte, la ONU calificó de ilegal el proyecto de Israelí de anexión de Cisjordania y son muchas voces que se han elevado a esta nueva ocupación, como es el caso de Jeff Halper antropólogo israelí y exjefe del Comité Israelí contra las demoliciones de casas (ICAHD), quien manifesta que “con la firma del acuerdo con Benny Gantz, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, finalmente consiguió un gobierno que le otorga las dos cosas que más codiciaba: inmunidad de enjuiciamiento en sus tres casos de corrupción y un mandato para anexar grandes extensiones de Cisjordania”.

Halper autor de los libros ‘An Israel in Palestine’ (2008) y ‘War among the people: Israel, the Palestinians and Global Pacification’ asegura que los bloques de asentamientos de Israel finalmente expandieron las fronteras de Israel desde el Mediterráneo hasta el río Jordán, excluyendo para siempre cualquier estado palestino e imponiendo un régimen de apartheid de judíos sobre palestinos, con la aprobación de los Estados Unidos y la complicidad de la comunidad internacional, desde China e India a los Estados Árabes.

En cuanto al Acuerdo de paz de Trump, Halper advierte que a los palestinos que viven en el territorio anexo no se les otorgará la ciudadanía israelí y agrega: “en el mejor de los casos, tendrán el estatus de ‘residentes permanentes’, como los palestinos de Jerusalén, lo cual hace que su situación sea aún peor. Hoy los palestinos pueden moverse entre el OPT (territorios palestinos ocupados), Jordania y el resto del mundo, pero están sujetos a medidas arbitrarias de seguridad como prohibirles viajar o, por el contrario deportarlos. Como residentes permanentes, Israel puede simplemente revocar su residencia si ellos viajan, o se van al extranjero para estudiar, etc., afirmando que se han mudado el centro de sus vidas del lugar donde habían vivido y, por eso, pierden su residencia y su derecho a regresar. Eso ha sucedido a unos 14,000 habitantes de Jerusalén Oriental en los últimos años”.

Por último, lo único “positivo” que ve Halper es que se necesitó un Trump para finalmente hacer evidente lo que todos han sabido en los últimos 20 años: que la solución de dos Estados está muerta. Por eso el escritor asegura: «la única esperanza de salvar algo justo y valioso de esta parodia es seguir la corriente. Tenemos que decirle a Israel: ustedes crearon un solo estado desde el Río hasta el Mar, deliberadamente, con los ojos abiertos. Aceptamos eso, pero no podemos admitir el apartheid. Nuestra tarea es clara como el cristal: transformar un régimen de apartheid en un estado democrático de igualdad de derechos para todos sus ciudadanos”.

Es una colonización, no un conflicto

Al rechazo internacional se suma una voz desde Colombia, se trata de Odette Yidi David, Magíster en Estudios del Próximo y Medio Oriente de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS), Universidad de Londres, Reino Unido, Directora del Instituto de Cultura Árabe de Colombia, quien en un reciente artículo abordó el tema de la anexión de Israel, reclamándole a los medios de comunicación del país su falta de interés en Palestina.

Con el título ¿por qué nadie habla de esto en Colombia?, Odette, quien además es profesora catedrática del Departamento de Historia y Ciencias Sociales de la Universidad del Norte, habla sobre el cubrimiento mediático en una relación política con Palestina que, según su opinión, ha tenido una historia compleja. Al preguntarle las razones que justifican su publicación, la catedrática explica: “la posición ha cambiado desde 1947 a la actualidad, la información se ha difundido de manera irresponsable y esto ha influido en la opinión pública. La forma como se redactan los titulares colombianos hace parecer a los palestinos como los victimarios y este escaso conocimiento, sumado a un cubrimiento fuertemente parcializado, no es objetivo y sirve a la agenda política de un sector minoritario, con fines específicos”.

Según Yidi David, existen otras razones que sustentan la falta de responsabilidad mediática frente a Palestina en Colombia, por eso asevera: “es una visión orientalista acerca de la realidad ‘oriental’, según la cual los árabes y los musulmanes siempre van a ser los enemigos de nuestra civilización y nuestros valores”, por ende no merecen nuestra solidaridad; una fuerte creencia basada en el fanatismo religioso según la cual el tema de Palestina es la realización de un plan bíblico, a pesar del costo en vidas humanas y violaciones al derecho internacional; y ante todo, la errada asociación que se ha hecho en Colombia entre el conflicto interno colombiano y la situación en Palestina/Israel.

Al preguntarle a qué se refiere concretamente con esta «asociación», Odette explica: “en varias ocasiones y escenarios, se ha llegado a comparar a los bandos: Israel con Colombia, y los palestinos con las guerrillas. Esto es tremendamente irresponsable y demuestra la falta de un profundo conocimiento histórico, es un despropósito hacer estas comparaciones y solo ha servido para cegar al público colombiano y hacerlo cómplice, a través bien sea del silencio mediático o la desinformación intencionada, de un caso de terribles violaciones al derecho internacional y a los derechos humanos. No creo que ninguna religión apoye o quiera ser cómplice de esto. Necesitamos repensar esos discursos fanáticos que solo alimentan un plan colonial y profundamente racista.
Y hay otro grave error, si no llamamos a las cosas por su nombre, no las entenderemos nunca, ni podremos tener verdaderas conversaciones para buscar soluciones. El caso de Palestina no es un conflicto entre dos partes, es un caso de colonización de pobladores (settler colonialism). Debemos cambiar el paradigma mental, para poder transformar el paradigma mediático sobre Palestina”.

Dejando a un lado la indiferencia de los medios colombianos por abordar los temas sobre Palestina, Odette Yidi, quien también fue asesora de Medio Oriente y Norte de África del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, expresa su opinión sobre los planes de anexión de Netanyahu y aclara: “los planes de anexión/colonización de Israel no son nuevos, hacen parte del plan de colonización con el cual fue creado el Estado de Israel en 1948, porque al fin de cuentas, es un Estado colonial con una estructura similar al apartheid surafricano. Quizás muchos recordamos a oficiales israelíes repetir que los palestinos nunca perdían una oportunidad para hacer la paz. Eso es una falacia. ¿En qué proyecto colonial tiene cabida la devolución de tierras o la compensación a la población nativa desplazada? Muchos menos la negociación. Cuando empezamos a entender a la situación en Palestina no como un ‘conflicto’, sino como una colonización (que supone el desplazamiento del nativo, el genocidio y etnocidio, y la anexión de tierras), entenderemos por qué fallaron realmente ‘los procesos de paz’. O si no, ¿cómo más se explicaría la construcción de los ilegales asentamientos israelíes en Cisjordania y la confiscación de tierras, bienes y recursos palestinos para ser entregados a los colonos sionistas? Es una colonización, no es un conflicto.”

Con respecto al rol de Colombia frente a esta inminente ocupación Odette no vacila en contestar: “a veces subestimamos la responsabilidad colectiva y se nos olvida que todos pertenecemos a la misma humanidad, y que, si el caso fuera contrario, desearíamos el apoyo de todos los países y de la sociedad civil. Pensamos que Israel y Palestina están muy lejos, que no es nuestro problema; o peor aún, que es un problema bíblico.

Pero sí nos compete a todos, pues esta situación sienta un precedente a nivel internacional. ¿Por qué la comunidad internacional se organizó en contra del régimen del apartheid en Sudáfrica? Cuando el gobierno del apartheid se sintió solo y acusado, no deseado y sin apoyo internacional, allí fue cuando cedió. No podemos caer en el lavado de imagen que hace el gobierno colonial de Israel ni tampoco ser permisivos con esta situación, escudados bajo falso eslóganes de fanatismo religioso, o bien producto de la mentalidad colonial u orientalista. Como he dicho antes: los palestinos solos no pueden, y el sionismo sólo, no quiere. Es responsabilidad de todos estar bien informados, y saber que, a través de nuestro desconocimiento, mal- conocimiento y/o silencio estamos apoyando un genocidio. Todos somos cómplices”.

Para concluir, Odette Yidi David deja un mensaje claro y contundente: “ha pasado mucho tiempo y no ha cesado la tragedia palestina. Los gobiernos del mundo deben dejar de emitir declaraciones tímidas y tibias, y tomar las verdaderas acciones para detener la colonización de la tierra de Palestina. La sociedad civil también tiene un papel vital: empezar por informarse bien, y tomar acciones simples y responsables que realmente conduzcan a presionar por lograr una paz justa”.

¿Se recrudecería la intifada?

Margarita Cadavid, internacionalista de la Universidad del Rosario, especialista en derechos humanos y defensa ante sistemas internacionales de protección de la Universidad Militar Nueva Granada, se une a las voces de rechazo de los planes de Netanyahu desde Colombia, por eso es enfática en afirmar que la anexión está muy lejos de ser una oportunidad para los Palestinos.
Dentro de sus justificaciones, Cadavid explica sin titubear: “lo que se pretende es que Israel tenga más soberanía sobre los asentamientos judíos que ya existen en territorio de Cisjordania y de esta manera el territorio quedaría reducido. La parte de Cisjordania quedaría limitada a un 15% de lo que se les había prometido inicialmente, además, está muy lejos de ser una solución y de generar paz entre Israel y Palestina. De otra parte, la anexión provocaría nuevos desplazamientos afectando a sus vecinos; evidentemente el mayor porcentaje de refugiados se encuentra en Jordania y uno de los puntos más difíciles en la solución del conflicto ha sido su regreso . Cada vez son más lejanas las posibilidades y recordemos que la condición de refugiados no puede ser permanente o indefinida, se supone que en el momento en que se establezca la paz y las condiciones estén dadas, éstos pueden regresar a sus territorios. Sin embargo, Israel siempre ha considerado el retorno como una amenaza para su seguridad”.

Al hablar de la seguridad en medio oriente, Margarita no es muy optimista y comenta: “precisamente el brazo armado de Hamas (el principal partido político islámico palestino) ya se pronunció y dijo que ellos no iban a aceptar esa anexión, que Israel tendría respuesta. Al mismo tiempo, el Ministro de Defensa israelí advirtió que no se les olvidara que Israel tiene el ejército más poderoso de la región y cualquier atentado o afrenta contra la integridad del Estado de Israel tendrá graves consecuencias”.

Con estas declaraciones, para Cadavid es claro que ambos Estados pusieron las cartas de amenaza sobre la mesa. Esto sin mencionar que tanto la ONU como la Liga Árabe pidieron a Israel abandonar sus planes de anexión en Cisjordania y Valles del Jordán, que serían la tercera ocupación que hace Israel a territorios árabes; la internacionalista colombiana agrega: “la primera fue los altos del Golán de Siria, luego en Jerusalén del Este. Tanto la comunidad internacional Europea, la ONU, como la Liga Árabe les han dicho a los israelíes que esta es una violación al derecho internacional, porque lo que debe haber son dos Estados, con las fronteras establecidas desde 1967, con Jerusalén como capital para ambos. Nadie está de acuerdo con esta con esta anexión”.

Frente a la oposición de la ONU y la Liga Árabe, Margarita retoma la favorabilidad de los Estados Unidos diciendo: “Mike Pompeo, Secretario de Estado de USA, dijo que esto era una decisión de Israel, pero coincide con lo que sería una primera parte del famoso Acuerdo de paz propuesto por Trump. Al mismo tiempo, el gobierno norteamericano le dice a los palestinos que no se preocupen, porque se les compensará con territorios en el desierto del Néguev. Yo me pregunto, ¿qué pueden hacer ellos en un territorio desértico? ¿A qué territorios van a llegar con el famoso plan del siglo, el cual recoge propuestas de Ariel Sharon de 2001 y 2006 y de Netanyahu, que son las posiciones más duras frente al tema de Palestina?».

En cuanto a un eventual levantamiento o intifada, Margarita opina: “intifada significa «sacudirse, quitarse de encima». Algunos analistas consideran que la segunda intifada no ha terminado, la cual se dio como protesta por la entrada de Ariel Sharon a la Mezquita Al- Aqsa, desatando hechos de violencia entre los palestinos y soldados israelíes. De darse esta nueva anexión, se exacerbarían los ánimos, generando una nueva espiral de violencia.

Para finalizar, Cadavid destaca que Colombia ha manejado una diplomacia que podría decirse es “respetuosa del derecho internacional», sin embargo, no se ha pronunciado sobre el tema de la nueva anexión de Israel en Cisjordania, por eso se despide diciendo: “yo esperaría que Colombia hablara sobre el tema de Palestina, aunque hizo un reconocimiento del Estado palestino de manera vergonzosa a finales de 2018, pero no creo que la Canciller Claudia Blum se pronuncie y si lo hace, seguramente seguirá la línea de los Estados Unidos”.

Fotos: archivos Flor Gnecco- archivos Odette Yidi David- National Geograhic.
Libro Atlás histórico Mundial autores: Hermann Kinder/ Werner Hilgemann/ Manfred Hergt
Foto fronteras del futuro Estado de Palestina y del Estado de Israel según acuerdo presentado por Donald Trump y Bejamin Netanyahu el 28 de enero- The White House.

 

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