Profesionales en Quebec
El mes de junio de 2008 arrancó con una discusión acalorada en Canadá pues las políticas migratorias dieron un giro de 180 grados, con la aprobación de una ley que afecta a la comunidad inmigrante a Canadá pues se adoptaron cambios en el Acta de Inmigración y Refugio del país. La Cámara de los Comunes aprobó el refutado proyecto de ley conocido como C-50, que faculta a la Ministra de Inmigración Federal, Diane Finley para definir los criterios de selección de las categorías de inmigrantes que serán aceptados. En otras palabras, en sus manos está la decisión de aceptar o rechazar una solicitud de inmigración y no habrá recurso de apelación.
Anteriormente, el sistema de selección funcionaba con base a un puntaje, las personas que aplicaban por la residencia canadiense debían cumplir con los requisitos establecidos por el sistema; si el solicitante reunía los requisitos, automáticamente era aceptado, de lo contrario era rechazado. Según los nuevos cambios, las personas que ahora apliquen, aunque llenen los requisitos si no están dentro de los criterios establecidos por la Ministra de Inmigración, no serán aceptadas. La ley afectará todas las solicitudes que hayan entrado a partir del 27 de Febrero del 2008.
Prácticamente el gobierno canadiense está empeñado en satisfacer la demanda de mano de obra del país, esta decisión es como un revés sobre la decisión de abrirle las puertas a tantos profesionales que actualmente están desempleados o en proceso de hacer reconocer su título ante las ordenes profesionales. Aprovechando esta coyuntura, entrevisté algunos inmigrantes profesionales que llegaron bajo los antiguos parámetros y aún no se han ubicado laboralmente.
La otra realidad
*Diana, periodista colombiana, cuenta que es muy complicado conseguir un empleo profesional, porque hasta para servir un par de tintos en la Provincia de Québec, se debe hablar ingles y francés. Además, la gente sigue llegando con la idea de aprender estas lenguas en dos años, o sin saber cómo funcionan las órdenes profesionales y con el “sueño canadiense” y cuando aterrizan se estrellan con la realidad.
“Ingresar a los medios de comunicación de Québec es tan difícil para un inmigrante como para un quebequense”, afirma Diana con resignación. Cuando comenzó su búsqueda algunos periodistas le habían advertido sobre Magali Vargas de Telecaribe o Elisa Pierna de Festivalísimo, que se destacan por ser “mala paga” . Pero en su afán por ejercer el periodismo, fue víctima de una estafa por otra chilena llamada Michelle Ravilet dueña de la empresa Phi Effect Producciones, quien descaradamente le robó a ella y a varios colegas latinos y quebequenses, pues los puso a trabajar, los explotó y nunca les pagó, ahora algunos sostienen una pelea legal para reclamar sus derechos.
Diana sigue buscando empleo desde hace varios meses, pero sin ningún resultado. Ha enviado muchas hojas de vida, asiste a las sesiones de la Oficina de Empleo de Québec y considera inútiles las largas sesiones, los seminarios y toda la teoría para conseguir empleo, porque en la práctica todo es muy diferente y asegura:. “Me dijeron que entre menos “especializada” sea una persona más rápido consigue un empleo. Entonces intenté como recepcionista pero como tengo una profesión me rechazan siempre, porque saben que estaré de paso”. Ella siente que la desaniman todo el tiempo, su asesora le sugirió vender boletos en un parque de diversiones como si fuera estudiante, pero tiene experiencia y habla tres idiomas. Si aplico en algo de mi campo no me responden ni un solo correo, nadie me llama. Quiero intentar en Ontario porque aquí en Québec es muy complicado”. Puntualiza la periodista.
Por su parte, Ovidio Enrique Robledo Arenas es un ingeniero eléctrico de Cali, lleva dos inviernos en Montreal y actualmente sigue el proceso para poder ingresar a la orden de Ingenieros de Québec. Con pesar confiesa: “No sabía que desde Colombia podía adelantar mis equivalencias y cuando llegué me aceptaron mi título pero me dijeron que no podía trabajar en , hasta que perteneciera a la Orden”.
Para ingresar a la Orden los Ingenieros deben presentar cuatro exámenes y una prueba de lengua francesa, por cada cinco años de experiencia pueden eximirlos de un examen y éstos se presentan durante mayo y noviembre solamente. Existen subvenciones y ayudas para los residentes para costear estas pruebas y se pueden repetir dependiendo el porcentaje obtenido. Sin embargo, lo que trasnocha a Ovidio es saber que muchos colegas al igual que él, han estudiado y perfeccionado los idiomas y después de aprobar los exámenes, entran a la Orden, pero continúan desempleados.
“Yo sé que por más que estudiemos y nos preparemos a la hora de escoger una hoja de vida le dan mayor preferencia a un quebequense que a un inmigrante, pero cuando solicité la residencia permanente una de las carreras que tenía mayor demanda en Québec era Ingeniería Eléctrica” afirma Ovidio. Además reitera que la mayoría de sus colegas llegan ignorantes, pues las charlas que ofrecen en Colombia sobre el proceso de inmigración no profundizan sobre las limitaciones del idioma, ni la complejidad de la Orden, ni el desempleo al que se enfrentan, muchos deben trabajar en fábricas, o haciendo oficios varios sin declarar, para subsistir. Según Ovidio, un ingeniero árabe envió dos currículos uno a su nombre y nunca lo llamaron y otro bajo una identidad ficticia con un apellido francés y casi lo contratan, pasó varias entrevistas y cuando ya estaba a punto de ingresar demandó a la empresa por discriminación.
El viacrusis de los médicos.
Nadie mejor para hablar sobre la situación de los médicos en Québec que Comlan Amouzou, pues si para los arquitectos e ingenieros es complicado, para quienes desean ejercer la medicina en la Provincia esto es más difícil que “pasar el Niágara en muletas”. Amazou es de origen africano y es el representante de la Coalición de Asociaciones Médicas Diplomadas en el Exterior, es un luchador incansable por el derecho de los médicos extranjeros para que puedan ejercer libremente su profesión en Québec. De hecho por décimo año consecutivo, lamentó que las universidades de Québec deliberadamente hubieran dejado vacantes los rurales porque no llamaron a entrevista a la mayoría de médicos diplomados en el exterior, que presentaron su solicitud. Asimismo denunció que la cifra asciende a setenta y tres plazas vacías en el 2008, pues las universidades quebequenses no están abiertas a pesar de la alta demanda de médicos que existe.
Para Comlan el problema no radica en el Gobierno, sino en las universidades quebequenses quienes son las encargadas de evaluarlos y ponen todas las trabas existentes incluso después de haber pagado y aprobado los costosos exámenes nadie les asegura que puedan ejercer y continúan diciéndole al público que los doctores graduados en el exterior no tienen las calificaciones para ejercer en Québec, por eso él es enfático al afirmar: “La diferencia no es sinónimo de incompetencia”.
Finalmente, Comlan reconoce los esfuerzos de los Ministros como Michelle Courchesne, Yolanda James o el ex Ministro de Salud Philippe Couillard, al igual que la iniciativa de exigir una mejor evaluación de los fichas de los candidatos y de tener en cuenta la alta tasa de personas diplomadas en el exterior, pero se necesitan ver resultados concretos porque los médicos extranjeros siguen maniatados mientras escasea el recurso humano en la Provincia.
VIDEO RECOMENDADO: Doctors without Residency
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