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Cultura - January 17, 2010

Lhasa de Sela: Una estrella que se apaga.

Cuando vi la foto de Lhasa por primera vez, no pude evitar que mi mente evocara la fresca y juvenil imagen de Susan Dey, protagonista de uno de los shows preferidos en mi infancia, The Partridge Family. Su extensa cabellera y ese ángel que proyectaba la escritora, compositora e intérprete de La Llorona tenían cierta similitud con quien personifició a Laurie Partridge y fue esa primera impresión que me hizo acudir a la cita del lanzamiento de su último álbum en el teatro Corona en Montreal donde tuve el privilegio de entrevistarla a mediados del 2009.

Me dio mucho pesar saber que había muerto el pasado primero de enero, luego de perder su disimulada batalla contra el cáncer de seno. A sus 37 años de edad era una mujer con una agenda de trabajo repleta de actividades, sueños, metas que deseaba alcanzar y muy seguramente las habría realizado gracias a la desbordada pasión que le impregnaba a la vida y a sus creaciones musicales. Lhasa preparaba una gran gira internacional que debía comenzar en el otoño 2009, pero se vio obligada a cancelarla y trabajaba también sobre un próximo álbum donde quería interpretar canciones de los grandes artistas chilenos Víctor Jara y Violeta Parra.

Definitivamente la muerte es el peor viaje improvisado que nos puede salir. Lhasa vivió intensamente cada minuto de su existencia haciendo lo que más quería que eran sus composiciones líricas, románticas, reflexivas, modernas creadas al libre albedrío, sin mayores pretensiones y sin el más mínimo acoso por el qué dirán, como ella misma decía: “Compongo para mi, porque me gusta cantar, escribir canciones, nunca estoy pensando en si esto le va a gustar a la gente o no”.

Supongo que la pregunta que más le hicimos los periodistas cuando la entrevistábamos por primera era porqué se llamaba Lhasa, imagino que me respondió con la misma paciencia y naturalidad como lo haría cada vez que alguien le salía con la misma curiosidad: “Lhasa es el nombre verdadero de la capital política del Tibet y significa morada de los dioses y es también la capital sagrada del Lamaísmo”.

Curiosamente la noche del lanzamiento de su último CD que lleva por nombre “Lhasa 2009” me impactó no ver la imagen tipo “Susan Dey” que tenía en mi mente, incluso varios colegas no la reconocieron, porque se habia cortado el cabello. Hoy al escribir este blog, conocer la enfermedad de Lhasa y pensar en su apariencia mi mente ha borrado esa idea de Susan Dey para reemplazarla por otra aún más fresca que tengo: la cantautora colombo-estadounidense Soraya, quien al igual que Lhasa llevaba el cabello corto por razones similares y fue otra estrella que se apagó a causa del cáncer, una fatídica coincidencia, que espero las una en la eternidad.

De todas maneras su look seguía siendo muy chic para mi y como las mujeres somos tan caprichosas, versátiles no se me ocurrió decirle nada a Lhasa. Sin embargó otro periodista no se aguantó el impulso y le reclamó su drástico cambio, pues prefería su extensa y rubia cabellera, pero ella no dio ni la más minima pista de sus tratamientos de quimioterapia, se limito a sonreír y a decir que simplemente quería proyectar otra imagen.

Ahora comprendo porqué su ultimo CD no sólo inmortalizó su nombre sino también su apariencia con el cabello largo, su estilo un tanto bohemio y su mirada misteriosa. Todo esto unido magistralmente a su fuerza musical que plasmó en cada una de las canciones que nos ofrece en su último album: Is anything wrong, rising; love came here; what kind of heart; bells are ringing; fool’s gold; a fish of land; where do you go, the lonley spider; 1001 nigths ; I am going in; anyone and anywhere.

 

El concierto que ofreció Lhasa esa noche en el Teatro Corona fue fenomenal, el público no se saciaba de escucharla, muchos de sus amigos estaban presentes y todos disfrutamos de una velada inolvidable. Ella sabía muy bien cómo dar el máximo de si en cada interpretación, su voz a veces casi como un susurro contrastaba con sus melodías dulces e incluso las más rebeldes. Es difícil imaginar su agonía cuando uno la veía tan dinámica en el escenario, pero es obvio que su espíritu buscaba liberarse de alguna forma a través de la música, su canción “I am going in” me inspira para decirlo, porque de alguna manera se despedía y muchos ni siquiera nos dimos por enterados…

 

*WHEN MY LIFETIME HAD JUST ENDED
AND MY DEATH HAD JUST BEGUN
I TOLD YOU I’D NEVER LEAVE YOU
BUT I KNEW THIS DAY WOULD COME

 

Lhasa deja un patrimonio musical con sus tres álbumes La Llorona (1997), The Living Road (2003) y Lhasa (2009) que vendieron más de un millón de ejemplares a través del mundo. Su manejo perfecto del español unido a su carisma y herencia hispana nos llenan de mucho orgullo a todos los periodistas latinos que la entrevistamos y es seguro que no sólo deja huérfanos a su familia, su novio, su mascota Isaan, su banda de músicos, amigos, periodistas, admiradores del mundo entero, sino también a quienes apenas comienzan a descubrir su talento después de su muerte.

 

Estrofa de la canción “I am going in”

Lhasa de Sela http://lhasadesela.com/

Soraya: Cantautora y productora colombo-estadounidense (1969-2006)

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