La prosa visual de Oswaldo González
@NataliaGnecco
Muy pocas veces la obra de un fotógrafo logra impactar tanto a la directora de un museo, como para que ésta revise detalladamente el proceso de selección e insista en contactar a uno de los artistas que había quedado por fuera de la muestra. ¿Los protagonistas de esta historia? Oswaldo González y Agora Gallery, una galería de arte contemporáneo localizada en pleno corazón de Nueva York.
Oswaldo estudió diseño industrial en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y además de sus estudios universitarios formales, ha realizado cursos de posgrado en la fotografía comercial y de moda avanzado. Para presentar su obra nada mejor que remitirlos a la carta de presentación que escribió la directora de la galería al aceptar a González en la exhibición “Masters of the Imagination: The Latin American Fine Art Exhibition “, la cual tuvo lugar en Nueva York del 10 de septiembre hasta el 1 de octubre de este año.
De acuerdo con Angela Di Bello Jefe editora de la revista ArtisSpectrum y directora de Agora Gallery, La fotografía diáfana e inocente de Oswaldo Gonzalez representa los contornos hiperrealistas de nuestra época contemporánea con elegante precisión. Atraído por hacer ese arte que imita la vida y motivado por el deseo de practicar un oficio en donde “la paciencia tiene que competir con pasión”, González crea impresiones digitales en color, blanco y negro, que son conceptuales con una calidad excelente. Interesado en el encuadre, la luz, la sombra y el gesto, la óptica, sus obras a menudo cuentan con la figura femenina en medio de un paisaje urbano basado en la naturaleza rústica.
Además, Di Bello agrega que la obra de González se basa en la exposición y el movimiento, en donde los temas siempre están reforzados por su experiencia técnica. Emotividad, deseo y sentimiento son las bases para esa originalidad que reina en cada uno de sus retratos, los cuales están claramente compuestos de prosa visual, como representaciones fotorrealistas de tiempo y espacio que nos definen el volumen de la naturaleza que observamos.
Después de una semana agitada en Nueva York, con la carta de Angela Di Bello aún retumbando en sus oídos y endulzando su ego, Oswaldo González regresó feliz a Bogotá y con ganas de compartir su experiencia.
¿Oswaldo, cómo fue el proceso de selección?
Durante mayo y junio de 2012 Agora Gallery abrió la convocatoria y dentro de las bases del concurso exigían un recorrido en el arte en las categorías de pintura, escultura, fotografía. Yo apliqué y me enviaron una respuesta en donde me agradecían por haber participado pero que no reunía el tiempo de experiencia requerido, pues solo contaba con cuatro años. Sin embargo, después de dos meses me escribieron, me pidieron mi CV, por petición de la directora de Agora Gallery , quien vio, revisó mi trabajo y pidió que me incluyeran en la muestra.
¿Cuál fue temática escogida?
Por el título de la exhibición, yo diría que la temática debía enmarcarse en la innovación e imaginación. Presenté temas con mucho movimiento, y retratos con máscaras de de un gas y material de intendencia que hacen parte de una misma serie estática llamada Danger, retratos enmarcados en la vegetación, muy espontáneos. Me gusta explorar, así que por lo general mi temática busca experimentar, también trabajo la fotografía de moda y la del producto conceptual.
¿Qué obras escogiste para exponer?
Yo quería una serie de una misma imagen, pero ellos escogieron tres en blanco y negro, las demás a color, para un total de seis, el formato elegido fue de 50×40 cms, el cual considero pequeño. Dentro de la muestra incluí una fotografía llamada “Neverland” que realicé en el Jardín Botánico de Bogotá, un lugar exótico que me gusta mucho, la modelo hacía parte de la producción de un video y aproveché una pausa para que posara para mí. También incluí “Telequinetic” una imagen que logré en Usaquén, con una amiga que accedió hacer un canje de conmigo, pues podría usar las fotos para su portafolio. Fue así como arrancamos de a las 7:00 pm y terminamos a las 9.00am hasta lograr un resultado genial. Además expuse varias fotos en blanco y negro que hice en el mismo Jardín Botánico pero con artículos de la Segunda Guerra Mundial, el efecto fue impresionante. La verdad todo el material que llevé a Nueva York fue muy espontáneo, lo logré a punta de canjes, con ayuda de amigos, aprovechando el contexto en todo momento.
¿Cómo fue la experiencia en Agora Gallery?
Esta es mi primera exposición fuera del país. Considero que la logística en New York es impecable, además existe un interés cultural enorme, las personas que recorren la exhibición se toman todo el tiempo del mundo para contemplar las obras.
¿Encuentra alguna diferencia con las galerías de Bogotá?
La verdad, existe un acompañamiento constante al artista tanto para la venta de las obras, el manejo de redes sociales, la prensa, etc. Pienso que en Colombia es más superficial el trato de la galería con los artistas.
¿En qué sentido?
En todos los detalles. Por ejemplo, antes de empezar entrevistas con periodistas, la directora se tomaba tiempo para crear la trayectoria, el espacio, las imágenes, los temas, todo está calculado antes de empezar las entrevistas con la prensa. Ese tipo de asesorías no los encuentras en Colombia.
¿Y en cuanto a la organización?
El cumplimiento de los tiempos es exacto. Desde el momento que abren la convocatoria hasta el día del opening, que fue de 6:00pm a 8pm en punto. Ya sabes que en Colombia todo el mundo llega tarde, la impuntualidad es impresionante aquí, tanto de parte del público como de los organizadores, hasta de los artistas. En e se sentido tenemos mucho que aprender.
¿Cómo fue el intercambio cultural con los demás artistas?
Fue muy chévere porque hay interés por el trabajo de quienes hacemos parte de la exhibición, sin necesidad de halagar a nadie. Hubo muchas propuestas de hacer trabajos interdisciplinarios conjuntos, pues algunos manejaban la pintura o la fotografía y así lo manifestaron algunos artistas de Chile. El espacio de intercambio fue muy bueno y es genial que otros ojos vean el trabajo de uno.
¿Bueno y en términos de ventas qué tal?
Generalmente las galerías en Colombia manejan un 60% de las ganancias para ellos y un 40% para los artistas; o algunas proponen un 50% para la galería y 50% artista. Sin embargo, en Agora Gallery es 70% de lo producido en ventas para el artista y solo 30% para ellos. En Nueva York hay un mayor margen de negociación.
¿Cómo nació su amor por la fotografía?
En realidad fue como mi refugio porque terminé con mi novia que ahora es mi esposa y en esos momentos de soledad para llenar el tiempo me dediqué a la fotografía y me fui encarretando…
¿Cuáles son tus planes a mediano plazo?
Quiero estudiar fotografía en España, en la Escuela EFTI, uno de los centros de fotografía más prestigiosos de Europa. Me interesa la maestría internacional en Fotografía de Moda. Ya apliqué para esto.
¿A quién admiras como fotógrafo?
Al profesor Eugenio Recuenco, quien es español y da clases en EFTI; a Chema Madoz, otro fotógrafo más conceptual, artístico, también español. Además me gusta mucho el francés Cartier- Bresson, quien fue catalogado como el padre de la fotografía periodística. En Latinoamérica admiro al peruano Mario Testino y al colombiano Ruven Afanador.
Finalmente, ¿cómo te ves en un futuro ejerciendo la fotografía?
Quiero ser profesor, trabajar independiente, enseñar. También me llama la atención tener un café galería, donde los artistas puedan ofrecer su trabajo, dar charlas. Que el público capitalino pueda tener al alcance la obra de los artistas emergentes en las diferentes categorías como pintura, escultura, fotografía, etc.
Fotos: Oswaldo González
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