¡Hoy todos nos sentimos haitianos!
Una inmensa solidaridad por Haití se respira hoy en todos los rincones de Montreal, donde me atrevo a decir no se salva nadie de tener un amigo, vecino, pariente, conocido de origen haitiano o de conocer a alguno de los 6 mil canadienses que quedaron atrapados en este drama humano. Mientras la Federación Internacional de la Cruz Roja calcula 3 millones de damnificados; la organización Médicos sin Fronteras declara la situación de caótica y la reaseguradora alemana Hannover Rückversiger habla de daños hasta de 20 millones de euros, yo analizo algunas reacciones y episodios que he presenciado en las últimas 24 horas.
Al igual que muchos de ustedes lloré ante las imágenes desoladoras que transmitió Radio Canadá y mi primera reacción fue averiguar por una joven pareja de amigos quebequenses que viven allá y en medio de la angustia sus familiares me contaron que uno de ellos se encuentra desaparecido…No puede evitar pensar en la cantidad de problemas que tuvieron Marc André Franche y Alexandra Duguay en diciembre cuando debían tomar su avión de regreso a Haití, prácticamente se quedaron estancados en el aeropuerto de Montreal: Cancelaron el vuelo por mal tiempo, perdieron la conexión a Nueva York, la aerolínea no les solucionaba nada y debieron hacer nuevas reservas para hacer un trasbordo en Miami y poder llegar, dos días después de lo planeado… ¿Sería un presagio del destino? Al poco tiempo supe que Alexandra no había sobrevivido a esta terrible tragedia.
He estado orando por esos y otros amigos, por los conocidos y desconocidos victimas de esta tragedia, siguiendo conmovedoras las imágenes de inmigrantes haitianos que desconocen el paradero de sus familiares, viendo los escombros, la muerte y desolación de miles de personas. Voces de solidaridad han llegado de todas partes de Quebec, desde el Facebook, Twitter, y de las autoridades de la provincia, como el Ministro Jean Charest, del alcalde Tremblay, el diputado haitiano Emmanuel Dubourg, la Ministra Yolanda James y desde Ottawa muchos mensajes del MP Justin Trudeau y las lágrimas de la gobernadora de Canadá, Michaëlle Jean, que me confirman que estamos todos de luto. Como bien lo dijo uno de los familiares de las victimas, que reside aquí en Montreal: Aujourd’hui tout le monde est haïtien!
En medio de este sentimiento mutuo de tristeza que nos invade a todos hoy, recibí una llamada de Colombia de alguien que no estaba muy al corriente de las noticias y cuando le dije que estaba triste por la catástrofe de Haiti me preguntó: ¿Quién vive allá de tu familia? Y yo respondí: “nadie, la verdad no tengo familia allá”. A lo que mi interlocutor agregó riéndose: “ ah, entonces tenías ganas de llorar!”
Bueno todas las reacciones se pueden producir en momentos como este, lo único cierto es que gracias al fenómeno de inmigración y la diversidad que vivimos en Montreal, aprendemos a ser menos insensibles ante el dolor humano, pues ante la ausencia de la familia, nuestros amigos nos adoptan y viceversa, es asi como terminamos siendo ciudadanos del mundo. El sentimiento de solidaridad que se vive en Quebec es tan grande, que nos hace sentir que los haitianos y los canadienses damnificados son nuestros hermanos.
Otros no muestran indiferencia sino rabia e inconformidad, se preguntan; ¿Por qué suceden estas tragedias? ¿Dónde está Dios que es tan injusto? ¿Por qué a los pobres les pasa lo peor?..etc,etc Y por ejemplo al controvertido reverendo americano Pat Robertson se le ocurrió una teoría de la conspiración bastante peculiar, pues él que asegura que los haitianos hicieron un pacto con el diablo para poder deshacerse del dominio francés y después de haber obtenido su libertad en 1804 muchas calamidades les han llegado, como un castigo por su infidelidad. ¡Que teoría más absurda! Típico de una persona que se aprovecha de la miseria humana para vender su propia imagen!
Para otro amigo que prefiere permanecer anónimo, la pobreza y las condiciones precarias de Haití no difieren mucho de otras ex colonias francesas, prácticamente es un problema de secula seculorum! Canada está mejor gracias a los ingleses… En fin como no podia entrar en litigios sobre si el imperio inglés fue mejor o peor que francés o si defiendo el federalismo o el separatismo, preferí no alargar la discusión.
Para mi, no existe un Dios castigador, simplemente las leyes de la naturaleza son desconocidas para nosotros los seres humanos. Las enfermedades al igual que las catástrofes naturales son imprevisibles y por más que el hombre se sienta dueño del universo, capaz de manipular la naturaleza a su antojo, siempre está en desventaja. El sismo de Haiti es una dura lección de humildad que nos hace sentir impotentes, pero que al mismo tiempo nos despierta la compasión, la solidaridad, la integración y el amor hacia los demás.
Foto: Thony Belizaire/ AFP
Organismos de ayuda para Haiti
514875-9911
Unicef
Oxfam- Quebec
514-2818998
Medicos del Mundo
Croix-Rouge Canadiense
1800- 481-1111
L’oeuvre Leger
foto Paterson: Getty
La Promesa, mi más reciente libro
¡Bienvenidos a todos los amantes de la literatura y a los nuevos lectores que est&aa…