Adopción gay: la hipocresía es nobleza
@NataliaGnecco
Las reacciones sobre el espaldarazo que le dio la Sala Plena de la Corte Constitucional a la ponencia del magistrado Jorge Iván Palacio, para darle vía libre a la adopción igualitaria en Colombia, han sido tan diversas que van desde la voz de protesta del Procurador Ordoñez, hasta la lluvia de “memes” cargados del típico humor negro capitalino.
Pero lo que tal vez no se haya discutido mucho es el mensaje tan hipócrita que estamos dando ante la comunidad internacional al anunciar con bombos y platillos que en Colombia ya se acepta la adopción para parejas gay. Mejor dicho nos imaginamos que los van a premiar con la paternidad y con sólo ingresar a un drive-through les van a dar un chino recién nacido, cuando la realidad es más compleja que un simple anuncio.
Hasta el momento no ha habido un padre de familia que no se haya’ espelucao’ cuando le menciono la famosa sentencia, la intolerancia ante este tema rebasa los límites de lo imaginable a tal punto que prefiero pensar que la hipocresía es nobleza, pues hemos quedado como si fuéramos los más liberados del planeta, con titulares de prensa que aseguran que esta sentencia acabó con la “discriminación”.
¿A ver? Vivimos en un país que es todavía muy intolerante ante los derechos de los homosexuales, en donde muchas personas siguen casadas para aparentar ante la sociedad; donde incluso tenemos familiares que no se atreven a salirse del closet porque los desheredan; donde ser una mujer divorciada todavía es motivo de exclusión en algunos círculos sociales; donde los hombres se enloquecen con las prepagos, pero se quieren casar con una mujer virgen… hasta de los oídos. Entonces, un buen día recibimos la intravenosa “si a la adopción gay” y de la noche a la mañana estrenamos chip: colombiano = open-minded.
Un tema como la adopción igualitaria debe tener una antesala, o como muchos repiten ahora, “una socialización”, pues es muy triste que la falta de tolerancia hacia una pareja de gay que decida ser padres se refleje en sus hijos, cuando las pobres criaturas no tienen velas en este entierro. Además uno tiene derecho a escoger a sus amigos, pero no a su familia.
Falta mucha pedagogía
Mientras escuchaba en la radio que el 18 % de los colombianos no esta de acuerdo con el aborto sin restricciones en Colombia, no dejaba de pensar en que si este tema tan controvertido hizo que una universidad negara la posibilidad de prestar un auditorio para discutir abiertamente , ¿cómo será para hacer un debate profundo sobre la adopción igualitaria? En especial porque las opiniones son diversas, sin ir muy lejos, mi pariente Hernando se atrevió a escribir en su Facebook: “es mejor un millón de veces que un niño sin hogar sea adoptado por una pareja gay, a que pase necesidades y carencias afectivas en un bienestar” familiar”.
Otros como Víctor , profesor de artes marciales, considera que si una pareja gay adopta un niño se le está inculcando la tendencia a ser homosexual . Sin embargo, Magda una psicóloga amiga se desespera y me dice: “Por Dios, ¿de dónde nacen los hijos homosexuales de hoy?, pues de padres heterosexuales”.
La posición de Sebastián, es aún más reflexiva, pues el joven periodista dice que es muy contradictorio que primero se apruebe la adopción cuando no se ha logrado el matrimonio gay. Con seguridad afirma: “Todo recae de nuevo en la pedagogía, la adopción igualitaria es un tema muy sensible, porque la gente sigue aferrada a los discursos obsoletos de la iglesia católica, eso sin mencionar a los godos re- godos de este país”.
Mi colega agrega que los grandes cambios sociales y culturales se dan con el tiempo con mucha pedagogía, sin apasionamientos. Sebastián me explica: “ yo que soy una persona liberada hasta los tuétanos , todavía entiendo que a mucha gente le parezca extraño, pues en Colombia empezamos al revés, pero está comprobado que dos personas de un mismo sexo pueden criar a un niño tan bien, o mal como lo puede hacer una pareja de heterosexuales. Al final lo importante no es la preferencia sexual de los padres, sino la calidad humana que se les inculque a los hijos” .
Como hay mucha tela de donde cortar al hablar de esta sentencia sin precedentes, no puedo evitar pensar en Laurier Beaudoin quien en una entrevista en Montreal me dijo literalmente: “ no por ser gays somos depredadores de menores. Si dejas a tu hijo sin vigilancia navegando por Internet será tan vulnerable de ser atacado por un homosexual, como por un heterosexual.”
Ahora bien, si la tendencia entre los heterosexuales de no tener hijos va en aumento, los gays no se quedan atrás, pues no todos están matados con la crianza y la responsabilidad de ser padres, además si deciden hacerlo tendrán que pasar el mismo viacrucis que los demás candidatos con ganas de tener una familia.
Por último, así hayan conquistado muchos espacios las comunidades homosexuales como el derecho a realizar desfiles; besarse con la pareja en público; que la EPS les realice cirugías de reasignación de sexo o el derecho de sustitución pensional y de patrimonio ante su parejas, este salto a la adopción requiere de muchísimo tiempo para que la sociedad colombiana lo entienda y lo acepte, porque como dice Sebastián, al derecho le hace falta mucha, pero mucha pedagogía.
Fotos: Lafam.com, laotracara.co, bienestar.salud180.com, ovejarosa.com
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