¿El internet amenaza el arte?
@NataliaGnecco
El verano en Italia estaba en pleno apogeo, pero la emoción de Marcela por visitar el famoso sudario de Turín no sucumbía ante el calor, después de todo vería la ‘sábana santa’, esa imagen de un hombre que presenta marcas y heridas similares a las causadas por una crucifixión, lo que hace pensar que perteneció a Jesús. En medio del tumulto, no pudo ocultar su decepción, pues mientras sus ojos no se apartaban del manto sagrado y oraba en silencio, el resto de la gente sólo tomaba fotos, se hacía selfies o chateaba en sus celulares.
La experiencia de esta turista es el común denominador de lo que sucede en esta era digital, un comportamiento que supo analizar el artista colombiano Manuel Correa en su primer documental #artoffline, el cual reflexiona sobre la forma que la tecnología digital ha transformado el arte contemporáneo. Por eso la pregunta esencial de este increíble proyecto es: ¿qué le sucede al arte en la era del Internet?
Desde Vancouver pasando por Berlín y luego a Noruega, Correa se trasladó con su equipo para condensar en 60 minutos la discusión en torno a la máxima que expresa el curador y crítico de ate Mohammad Salemy: “El arte contemporáneo no avanza, en parte por culpa de la tecnología”. Los demás filósofos, artistas y curadores entrevistados en este documental creen que la reproducción digital del arte lo puede liberar de un mercado de arte turbio y un sistema de exhibición antidemocrático,incluso algunos escépticos se preguntan si el deseo por objetos físicos es algo más que un fetichismo nostálgico.
Como desde el 2015, tomar selfies forma parte de la experiencia de visitar un museo, es obvio que la tecnología digital ha transformado la experiencia del arte para siempre, sin embargo, este documental permite a su audiencia decidir qué les parece correcto y reflexionar sobre si estamos perdiendo algo si las obras de arte físicas desaparecen.
#artoffline fue filmado en inglés, pero para el público hispano existe una versión con subtítulos en español, la cual ya se presentó en el Museo Rufino Tamayo de México y próximamente será presentado tanto en el Museo de Arte Moderno de Medellín, como en el espacio independiente de arte llamado “Por Estos Días”. Su premiere internacional fue en el Festival Internacional de Cine de Rotterdam, y ha sido presentado en diversos museos e instituciones de arte, como The Norwegian Sculpture Biennial; el Studium Generale at Reitveld Academie, Presentation House Gallery en Vancouver, el museo Boijmans van Beuningen en Róterdam, al igual que en Italia, la República Checa, Eslovenia, Islandia y Dinamarca.
Manuel, ¿Cuánto duró la preparación de #artoffline?
El desarrollo y preparación del documental tardó dos años y medio, es fruto del esfuerzo de un grupo de siete artistas que trabajó con empeño por este proyecto.
¿Cómo nació la idea del documental?
La idea de #artoffline nació de una observación: Unos amigos y yo nos dimos cuenta de que muchos de los artistas prominentes de Vancouver -donde residía en aquel entonces- no tenían páginas de Internet, o si las poseían contaban con muy poca información. Esto nos incitó a pensar sobre la manera en que los artistas contemporáneos comparten sus trabajos y eventualmente se convirtió en una reflexión más compleja sobre el rol que tiene el internet en el mundo del arte contemporáneo.
¿Por qué escoger este formato?
Nos pareció fundamental evitar obviedades como las prácticas de arte digital, pues los artistas siempre encuentran nuevas formas de utilizar los medios que tienen a su alcance, en su lugar, nos enfocarnos en la forma en que el Internet está cambiando o influyendo la distribución, recepción, curación y educación sobre el arte contemporáneo. Escogí realizar un documental, y no una instalación o texto, pues me pareció que era un formato ideal para expresarle a una audiencia amplia ideas teóricas de manera clara, sin tener que conducirlos a respuestas simplistas o reductivas.
¿Cómo fue esa selección de artistas contemporáneos, críticos de arte, curadores?
Fue un proceso largo y dispendioso, se hicieron unas setenta entrevistas, de las cuales solo quince fueron seleccionadas. Esto se debe a que queríamos realizar un trabajo que fuera claro, pero contradictorio, solo de esta manera podíamos ofrecer a los espectadores un espacio para reflexión que no estuviera totalmente viciado por nuestras opiniones. Contamos con la gran suerte de tener un grupo de artistas muy interesantes residiendo, o en tránsito por Vancouver y esto eventualmente nos abrió puertas para entrevistar a participantes de la Octava Bienal de Arte Contemporáneo de Berlín, curada por el Colombiano Juan A. Gaitán.
Los recursos visuales del documental son excelentes. ¿Por qué utilizar un primer plano para los protagonistas combinados con su voz en off?
Muchas gracias por tu apreciación. Me pareció que al ser tan cortas las presentaciones de los entrevistados, no quería introducirlos con el recurso tradicional: “Hola, yo soy Juan Gaitán, curador de la Octava Bienal de Berlin…” y preferí en cambio presentar un momento sintético de reflexión intima de los entrevistados para así generar conexión con la audiencia.
¿Qué tan preparadas están las galerías de Colombia para competir con las propuestas digitales de arte?
Yo creería que en este momento lo importante es no percibir lo digital como competencia, sino como una complementación obligatoria al trabajo de diseminación que hacen las galerías. En Colombia se podrían beneficiar si utilizaran el internet de una manera más agresiva, pues así des-localizarían sus actividades, haciéndolas más asequibles para una audiencia internacional que desea ver arte contemporáneo latinoamericano.
En términos de mercadeo ¿qué opinas de la posición del escritor Clint Burnham,quien habla sobre la manera como se está distribuyendo el arte en el mundo y los retos que esto implica?
A mí me interesa de esto principalmente la construcción de valor: ¿Qué constituye el valor en el arte, y de donde proviene este valor? En gran parte, como dice Clint Burnham, es una reverencia artificial que proporcionan las galerías: estas le dan a la obra valor simbólico, filosófico, pero principalmente valor económico, el cual muchas veces se ve perpetuado en el internet: Las imágenes que ponen las galerías online suelen ser gran-angulares: muestran que el arte está siendo exhibido en un espacio físico, que ha pasado por un proceso de selección (curación) y que por ende, esta espacialidad y selección, le brindan un valor que obras que aparecen simplemente como fotografías descontextualizadas, difícilmente alcanzan a tener.
No es muy halagadora la respuesta del antropólogo Wade Davis, quien asegura que prácticamente cualquiera podrá ser productor de cine, o fotógrafo sin mayor esfuerzo debido al internet. ¿Cómo vez tú el futuro del arte contemporáneo?
Me parece importante que se genere esta accesibilidad, pues facilita la génesis de prácticas de arte que no hubiesen sido posibles hace años. Pensando concretamente en el efecto que esto está teniendo sobre el cine, en su comienzo, el ejercicio de la cinematografía consistía en iluminar escenas y filmarlas de manera que estas construcciones parecieran reales. Esto se daba por una fuerte limitación técnica, los negativos eran poco sensibles a la luz, y requerían cantidades enormes de esta para poder ser bien expuestos (Un obturador de cine tradicionalmente expone a la luz 24 cuadros por segundo, lo que implica que estos deben tener suficiente iluminación para generar un registro adecuado). Con la llegada de las cámaras digitales, esta limitación técnica ha desaparecido, muchas de estas cámaras pueden ver claramente incluso con bajas iluminación. Esto facilita la captura de escenas reales, con iluminación real.
Naturalmente, muchas personas no están contentas con esto, pues prefieren el aspecto creativo de la cinematografía, pero este es un potencial que me parece no puede ser subvalorado, y como estas cámaras cada vez son más baratas, generan la posibilidad enorme de generar más y más contenido. Esto hace que los festivales de cine (como mecanismo de selección) sean cada vez más importantes, ya que es a través de ellos que nos enteramos de las películas que son consideradas “buenas”.
¿Estamos lejos de mantener este diálogo en Colombia sobre el futuro del arte contemporáneo en la era del internet?
Creo que este dialogo se está dando, lentamente. Me parecería irresponsable expresar un juicio al respecto, pues no estoy inmerso en el contexto colombiano lo suficiente para poder tener una mirada clara.
Finalmente, me encantó el segmento donde incluyes un comercial del café colombiano para explicar el uso de la palabra “Curator” en nuestra jerga actual. ¿Qué te inspiró a crear esta metáfora visual?
En Vancouver, Canadá -y cada vez más en Colombia- hay muchas cafeterías con estilo “hipster”, que enfatizan la calidad de sus cafés y su proceso de selección, pero esto solo se ve validado a medida en que la arquitectura del espacio proporciona una serie de símbolos reconocibles y cómodos (Paredes de ladrillo descubiertas, lámparas y bombillos vintage tipo Edison, tuberías de cobre o hierro a la vista, sillas de madera). Esto le proporciona a la experiencia del café una reverencia artificial, muy similar a la que nos ofrecen los espacios de arte como galerías y museos a través de sus procesos de selección (curación) y composición espacial de los recintos.
#artoffline incluye entrevistas con:
Agatha Gothe-Snape
Andy Sylvester
Antonia Hirsch
Benjamin Woodard
Clint Burnham
Ian Wallace
Jörg Sasse
Juan A. Gaitán
Julieta Aranda
Kate Henderson
Marian Penner-Bancroft
Mark Lewis
Martin Zellerhoff
Mohammad Salemy
Nicolas Sassoon
Suhail Malik
Wade Davis
Wilhelm Schürmann
La Promesa, mi más reciente libro
¡Bienvenidos a todos los amantes de la literatura y a los nuevos lectores que est&aa…