Hace unos días asistí al show “De Guiso a Gomelo” del periodista Andrés Gómez Osorio, y puedo decir que el Stand-Up Comedy se está convirtiendo en una auténtica revolución cultural en Colombia. En su presentación en La Paca Grill Bar, Andrés aborda con humor un tema profundamente social: la diferencia de clases. En un país donde el discurso político parece empeñado en dividir cada vez más a ricos y pobres, él logra bajar el tono y hacernos reír con inteligencia, ironía y sobre todo, humanidad.
“Gomelo” es quien presume o disfruta de ropa y modales asociados con la clase alta. “Guiso”, en cambio, es esa persona de origen humilde que intenta aparentar un estatus más alto sin lograrlo del todo. Con estas dos etiquetas, tan comunes en el lenguaje coloquial colombiano, Andrés construye un espejo social tan gracioso como doloroso. Su espectáculo está lleno de anécdotas personales: la primera vez que fue a un restaurante y no sabía qué era un carpaccio o una pasta penne, o el día en que tuvo que elegir un vino sin tener idea de por dónde empezar. La carta lo confundía hasta con las carnes, pues pensaba que lo único que existía en un menú era el churrasco.
Gómez creció en el Quirigua, un barrio popular de Bogotá, soñando con ser “gomelo”, pero su verdadero ascenso no fue económico sino cultural. A través del estudio, la observación y la preparación logró desenvolverse en ambientes de clase alta sin olvidar sus raíces. Con una mezcla de nostalgia y sarcasmo, Andrés convierte sus frustraciones en risas. Habla de los sacrificios de sus padres, de la disciplina, del esfuerzo y de cómo hoy, como padre, entiende que la mayor batalla no es económica, sino educativa: enseñar a los hijos a valorar lo que se tiene y a no darlo todo por sentado.
Su mensaje social es poderoso: reírse de uno mismo también puede ser un acto de reconciliación. El público se gozó la parodia sin sentirse agredido, y eso, en un país tan polarizado, ya es un triunfo.
Nuevos rostros del Stand-Up Comedy
El show no termina ahí. Andrés Gómez Osorio hace sinergia con tres comediantes que le aportan diversidad y ritmo a su espectáculo: Pedro Silva, Sandra Huertas y Checho Leguizamón. Pedro Silva (@soypedrosilva), creador de Oreste Cocina & Bar, combina su experiencia como cocinero y mercadólogo con un humor negro e irreverente. No distingue entre costeños, gays o venezolanos: se ríe de todos por igual, evocando esa Colombia de antaño donde “nadie se tomaba nada personal”. Su reto, en tiempos donde todo parece ofender, es mantener ese filo sin caer en la agresión… y lo logra con maestría.
Sandra Huertas (@laveteranaoptimista), por su parte, rompe moldes. Es diseñadora gráfica de la universidad Nacional trabaja en educación financiera, comunitaria y sexual. Acaba de lanzar su marca BreakStorming , relacionada con el poder de las pausas y es una apasionada de la comedia. En un país donde aún sorprende ver a una mujer madura hablar de sexo abiertamente, ella se atreve a reírse de los sugar daddies y las cougars. Lo hace con autenticidad, sin artificios, desde su propia experiencia. Su humor empodera, inspira y conecta con muchas mujeres que se reconocen en sus palabras.
Finalmente, Checho Leguizamón (@chechojajaja), el comediante que no “deja títere con cabeza”. Habla sin filtros de la familia, la sociedad, la política, sexo o la música, y domina el arte de interactuar con el público, una habilidad que puede ser tan peligrosa como brillante.
Hoy el Stand-Up Comedy colombiano no necesita pedir permiso ni hacer fila para entrar a la televisión. Los nuevos protagonistas del humor han tomado el micrófono por su cuenta: suben al escenario, conquistan sonrisas, despiertan conciencia… y de paso, se ganan uno que otro madrazo. Porque en un país como el nuestro, reír también es una forma de resistir.
El camino de guiso-melo es confuso