A pesar de lo controvertido que puede ser el libro las 48 leyes del Poder de Robert Green y Joost Elffers siempre he creído que sus lecciones históricas sobre la política y el poder son muy valiosas. Si bien estos códigos pueden ser aprovechados por mentes mezquinas, también pueden ser utilizados por cerebros brillantes capaces de poner en práctica la antigua teoría que la política no es una ciencia, sino un arte.
Pues bien, las leyes me inspiraron a escribir este blog, pues un amigo periodista, politólogo especializado, políglota y supremamente conocedor de la historia mundial y de Canadá, cometió el error de decirme que el diputado liberal Justin Trudeau había aterrizado en paracaídas en el Parlamento de Ottawa, únicamente por ser hijo del ex Primer Ministro Pierre Elliot Trudeau, uno de los grandes personajes políticos de Canadá en el siglo XX.
De inmediato quise conocer un poco más de su trabajo, conversar con él, confrontar este tipo de juzgamientos a priori, que tanto daño causan y que de alguna manera personalmente he tenido que sortear en el pasado. Fue así como vino a mi memoria una de esas 48 leyes, que habla precisamente de no usurpar el puesto de otro, es decir, cuando se es hijo de un político de gran renombre, el reto es mayor, por eso la estrategia a seguir es imponer su propia identidad, y tratar de brillar con luz propia, una opción que el heredero de Elliot Trudeau comenzó desde hace tiempo atrás.
Justin Trudeau fue escogido por los miembros del Partido Liberal como candidato para las elecciones Federales en la circunscripción de Papineau en abril de 2007, tiempo después, el 14 de octubre de 2008, logró su lugar en el Parlamento como diputado. Justin es casado tiene dos hijos, es defensor número uno del medio ambiente, del bilingüismo y rechaza la separación de la lengua francesa e inglesa en los colegios canadienses. Incluso durante su campaña electoral lanzó un video bastante controvertido defendiendo el bilingüismo pasando constantemente del francés al inglés como una manera de contradecir a la candidata del Bloque Quebequense, Vivian Barbot.
Los inmigrantes son nuestro futuro.
Durante las elecciones del 2008 tuve la oportunidad de verlo en varias reuniones junto al entonces dirigente liberal Stephan Dion, quien como todos saben, luego de su derrota ante Harper cedió su puesto a regaña dientes al nuevo director del partido, Michael Ignatieff. Decidí abordar a Trudeau cuando acompañó a Ignatieff a Montreal para encontrar a los miembros de la Comunidades Comunitarias. Allí con la sencillez que siempre lo destaca, accedió a mi petición de entrevistarlo. Unas cuantas semanas lo tuve en frente de mi, en su oficina de Papineau en Montreal y sin más preámbulos esto fue lo que me respondió.
NG. ¿Cuál es la posición del Partido Liberal ante la crisis económica?
Justine Trudeau: Estamos muy preocupados por la crisis económica, porque sabemos que está afectando a los canadienses, en esa medida queremos que haya más dinero disponible para la creación de empleos y ha sido difícil especialmente porque el gobierno conservador de Harper es ajeno a esta necesidad, algo que es muy frustrante. Actualmente estamos desarrollando una propuesta para una reforma al sistema de seguro de empleo.
NG. ¿Y cuál ha sido la respuesta del Gobierno?
Justine Trudeau: Durante su última campaña el primer Ministro aseguró que no había ningún problema en Canadá, a pesar que estábamos al borde de una gran depresión económica. Sin embargo, hemos visto que desde noviembre del 2008 el no ha sabido cómo manejar esta crisis, no ha hecho sino improvisar y eso es inaceptable. Es por eso que deseamos establecer una diferencia, de forma positiva y le estamos exigiendo al Gobierno Federal que responda y comience a invertir dinero en el mejoramiento programas de generación de empleos, lamentablemente es muy poco lo que esta haciendo.
NG. Hasta hace pocos días se hablaba de llamar a elecciones de nuevo, ¿Cree que antes finalizar el año podría haber esa sorpresa?
Justin Trudeau: Somos concientes que la gente no quiere más elecciones, sin embargo no las descarto en el 2010, porque los conservadores no han sido capaces de demostrar cómo se puede ayudar a los canadienses a superar esta crisis económica. Tradicionalmente los gobiernos conservadores se han distinguido por volver todo un caos y somos nosotros los liberales quienes nos encargamos de poner la casa en orden, así sucedió en los 90 con el déficit tan gigantesco que dejaron los conservadores en ese momento. Además los liberales hemos liderado el país en términos económicos, siempre terminamos arreglando el desorden de los conservadores.
NG. Hablando de elecciones, ¿Considera usted que los inmigrantes deben participar más activamente?
Justin Trudeau: Nuestros nuevos canadienses representan el futuro de este país, son ellos quienes van a traer la prosperidad, son quienes hacen el trabajo fuerte, por eso es vital que se organicen y participen en todos nuestros procesos democráticos, no solo eligiendo un candidato, sino involucrándose, comprometiéndose, porque en la medida en que ellos voten masivamente, los dirigentes políticos están llamados a tenerlos en cuenta. Yo dedico mucho tiempo a compartir con ellos, para mi es primordial que se sientan conectados con Canadá, que sepan que hacen parte de esta sociedad.
NG. Los inmigrantes latinos que vivían en Canadá desde la época que su padre fue Primer Ministro, conciben a los Trudeau como personas cercanas al régimen castrista. ¿Qué opina de esa percepción?
Justin Trudeau: Estoy muy orgulloso de la posición que asumió mi padre, Elliot Trudeau cuando se presentó el bloqueo económico en Cuba por parte de los Estados Unidos. Recuerdo que Fidel Castro y mi padre sostuvieron importantes conversaciones, fueron grandes amigos y cada uno tenía un compromiso especial con sus naciones respectivas para ofrecer lo mejor a su pueblo. Ambos eran optimistas respecto a todo lo que se puede lograr cuando los pueblos trabajan unidos.
NG. Ahora que menciono a su padre, algunos críticos suyos aseguran que su único merito es ser hijo de Pierre Elliot Trudeau. ¿Qué dice usted?
Justin Trudeau: Yo escucho esos comentarios de vez en cuando. Pero la verdad es que yo escogí una manera muy fácil de involucrarme en política, porque hacer una campaña en medio de canadienses franceses que no aprueban mi apellido o salir al encuentro de inmigrantes que no saben siquiera que mi padre fue Primer Ministro de Canadá, no es sencillo. Son algunas personas de las bases políticas que me reconocen, para mi ha sido difícil darme a conocer, hacerme respetar por el trabajo que he venido realizando en mi comunidad.
No me voy a disculpar por el hecho de haber ido a buenos colegios o por haber viajado alrededor del mundo, porque se que he sido muy afortunado y que no todas las personas pueden hacerlo. Pero lo que importa no es lo que uno recibe sino lo que uno hace con lo que ha recibido. Recuerdo que cuando terminé la secundaria quería ser profesor y así estuve cinco años trabajando en varias escuelas públicas o privadas, imagino que era mi manera de establecer una diferencia.
Después tuve la oportunidad de trabajar para el Servicio Nacional de Voluntarios, Katimavik, con ellos recorrí todos los rincones de Canadá hablando sobre educación, ofreciendo conferencias sobre el medio ambiente y esto me ayudó a establecer cierta credibilidad a mi alrededor. Cuando estuve listo para pensar en política, me di cuenta que había logrado muchas cosas y podía ofrecer mucho a las personas a quien iba a dirigir o a representar.
Yo siento que yo nací con una voz fuerte y lo mejor que puedo hacer con ese legado es ponerlo al servicio de la comunidad y representar a aquellos que no tienen quien los represente. Este es un gran privilegio para mí, poder defender los derechos de quienes me han designado como su porta voz ante el Parlamento en Ottawa.
NG. ¿Qué tan movida es su agenda de trabajo?
Justin Trudeau: Yo trabajo todo el tiempo, incluso los fines de semana déjame decirle como es un sábado para mi: En la mañana tengo una actividad llamada “un petit café” es un espacio para hablar con la comunidad de Papinau, que hago una vez al mes y termina hacia el medio día, luego debo inaugurar un festival en el parque Jarry, otra reunión con los jóvenes en el barrio Parc- Extension; luego debo asistir a un grand- bazar, tengo otro evento de caridad, después una comida… en fin, mi idea no es ir a contabilizar votos, lo que me interesa es asegurarme que conozco a las personas a quienes estoy representando y que ellos me conozcan a mi, es una manera de crear una conexión, eso es lo fundamental para mi.
N.G. Finalmente, ¿recuerda usted alguna experiencia inolvidable que haya vivido al lado de su padre, algún personaje, un dialogo especial?
Justin Trudeau: Al lado de mi padre conocí muchísima gente importante, líderes políticos del mundo entero, Sin embargo, las mejores conversaciones y la gente más increíble que he conocido no eran precisamente cuando estaba representando el rol del hijo del Ministro Elliot Trudeau sino cuando salía con un morral al hombro a recorrer un país, a visitar mis amigos. Recuerdo una vez un diálogo debajo de un árbol con un hombre en Mali, África, incluso en Colombia en un pequeño restaurante al lado de una carretera me detuve a comer algo típico y allí me puse a conversar con un paisano que se me acercó; en Bangladesh hablé con un hombre muy humilde que vivía de transportar gente en su bicicleta.
Yo era muy joven pero pude reflexionar sobre cómo este hombre alimentaba su familia pedaleando, una manera tan distinta a mi vida… Son esas conexiones que hago con la gente a pesar que existan muchas diferencias, las que me enriquecen, Yo no diría que es una sola conversación la que me ha impactado, sino todas las conversaciones que he sostenido durante mi vida.
Fotos: Justin Trudeau
Agradecimientos: Ingrid Ravary Konopka