@NataliaGnecco
En medio de Marimondas, Monocucos, negras palenqueras, María Moñitos y Negritas Puloy, el Rey Momo escoltaba a su reina por las frías calles de Bogotá. Seguro estaba que a su paso, el Carnaval de Barranquilla iría animando a los desprevenidos capitalinos, que solo conocían el improvisado Carnavalito de la calle 116, un sector donde los costeños se desfogaban a punta de maicena y tamboras para sentirse parte de la guacherna.