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Cultura - August 24, 2016

¿Cómo nos estamos preparando para el futuro?

@NataliaGnecco

Si Charles Chaplin estuviera vivo, su discurso visionario sobre un hombre amenazado y al servicio de las máquinas que tantos aplausos obtuvo en el largometraje Tiempos Modernos (1936) sería una reflexión más para los expertos hoy, que no dejan de preguntarse si los robots son capaces de hacer casi cualquier trabajo que un humano puede realizar, entonces ¿qué haremos los seres humanos?

Tiempos Modernos, una comedia cargada de una alta dosis de crítica social muestra a Charlot un obrero enajenado por la industrialización en la época de la Gran Depresión, que de tanto apretar tuercas sufre un “breakdown” debido al estrés, cansancio físico y psicológico. Para colmo de males, su jefe decide premiarlo con una novedosa máquina que le permite almorzar sin necesidad de dejar su puesto de trabajo.

Pues bien, todas las premoniciones de Chaplin de un mundo dominado por las máquinas, ya lo estamos viviendo tanto con los avances tecnológicos, como con el el auge de la revolución robótica, porque ya se pueden realizar muchas tareas de fabricación con igual o mayor eficiencia y coherencia que los seres humanos, todo con miras a optimizar la producción y la calidad. La diferencia es que obviamente las máquinas no requieren de un seguro de salud, ni pausas para el tinto, ni permisos de maternidad, ni mucho menos de un salario emocional.

Sin ir muy lejos, uno de los debates éticos sobre el uso de la tecnología, esta vez como un arma para combatir el crimen se dio cuando la policía de Texas utilizó un robot bomba para asesinar a un francotirador, una táctica sin precedentes, para atrapar al sospechoso que mató a cinco policías e hirió a otras siete personas durante una marcha organizada para protestar por la muerte de dos afroestadounidenses a manos de agentes policiales en Dallas.

Y si nos sorprendió saber que un robot estaba controlando el crimen en las calles, ¿se imaginan si se vuelven maestros? Un grupo de estudiantes del Instituto de Tecnología de Georgia se fue de “plop” , así, literal, cuando descubrieron que la muy querida Jill Watson, una asistente de enseñanza o (TA) no era humana. La clase basada en inteligencia artificial, contaba con la asesoría de Jill, quien se encargaba de responderle emails a los estudiantes, lidiar con sus inquietudes diarias y de alguna manera aliviar la presión con sus tutores de carne y hueso.

Pero no solo la educación le hace honor a la revolución robótica, en campos como la aviación recientemente Airbus anunció con bombos y platillos el innovador proceso de control de calidad de uso de aviones no tripulados para la inspección visual de los nuevos aviones de producción antes de ser entregados a los clientes. Los drones siguen un sistema de control automático de vuelo bajo la supervisión de un *piloto humano – toman fotografías aéreas que se compilan en un modelo 3D digital, luego se registran en una base de datos, y se analizan. De acuerdo con Nathalie Ducombeau, Jefe de Calidad de Airbus, el resultado es un ahorro importante de tiempo.

Como podemos ver, hablar de drones, de camiones sin conductor que transitan en las grandes autopistas sin conductor, o de robots que ensamblan los carros en la fábrica de Hyundai en Asan, Corea del Sur es solo el comienzo de la próxima etapa de la revolución robótica, que los expertos llaman Industria 4.0, la cual afectará a algunos países más que otros; dependiendo de las categorías de trabajo, pues unos podrán seguir siendo automatizados, otros no. Lo importante es que habrá muchas tareas que requieran diferentes funciones robóticas, con sistemas muy caros.

Ante este fenómeno, el profesor Moshe Vardi, de la Universidad de Rice, (USA) afirma que muchos profesionales de clase media estarán subordinados a las máquinas dentro de las próximas décadas, dejando a los trabajadores con más tiempo libre del jamás imaginado. De acuerdo con los expertos, el aumento de los robots podría conducir a tasas de desempleo superior al 50 por ciento. Por eso Vardi asegura que las tecnologías robóticas y de inteligencia artificial (AI) existentes ya están eliminando un número cada vez mayor de trabajos.

Los valores humanos son la prioridad

Si bien el simpático Charlot nos mostró esa parte humana de la industrialización, el stress, el hambre, la pobreza en plena depresión económica, no todo está perdido en este nuevo capítulo de la era robótica, gracias a conferencistas como Rudy De Waele, que nos ayudan a rescatar los valores humanos frente a la velocidad de los avances tecnológicos.

De Waele, futurista, estratega de la innovación, conferencista y autor del libro shift 2020 – How Technology Will Impact Our Future es enfático en afirmar que la inteligencia artificial está cambiando la manera de vivir, los negocios, el internet de las cosas y todo a su alrededor: Si por ejemplo los camiones van a ser conducidos automáticamente, lo cual supone un índice de accidentalidad muy reducido, ¿a quién van asegurar las compañías de seguros?

Para Rudy el futuro es ahora, todo es posible en esta era, lo que considerábamos increíble ya lo estamos viviendo: Un carro BMW se parquea automáticamente, aviones sin pilotos para bombardear; robots que asesinan a personas; recepcionistas robots en empresas como Toshiba; aplicaciones que nos dicen inmediatamente cuántas calorías consumimos o cuál es nuestro estado de salud; dispositivos de voz para hablar en su casa, en la cocina, en el carro, etc. Esto sin mencionar el Eco Familyde Amazon que superó a Suri con su increíble Alexa, “la mujer orquesta” que hace de todo por nosotros.

El quid del asunto es ¿cómo nos estamos preparando para el futuro, con robots que podrán trabajar 24/7? Cómo seguir siendo humanos en esta era es el gran reto que plantea Rudy, porque debemos recordar que la tecnología no tiene ética, ni liderazgo, pues las emociones, la imaginación, la innovación, la creatividad, son virtudes de los mortales, no de las máquinas.

Es por eso que el recurso humano es el activo más valioso que tenemos en el futuro, porque se va a necesitar tomar decisiones, tener un pensamiento crítico y saber emitir un juicio, acciones que solo pueden hacer los seres humanos. La tecnología estará por todos lados y tendremos que diferenciarnos como humanos, lo cual implica que no se necesitará ejercer más control con los trabajadores, sino saber empoderarlos.

Es un hecho que la gente quiere ser feliz, desea trabajar en un ambiente amigable y empresas como Google ya entendieron este concepto, están tratando de conectar su empresa con los valores de sus empleados, de manera que ir a trabajar se convierta en una experiencia positiva. Además, los jóvenes quieren laborar por un propósito, por algo que tenga sentido, por eso el futuro debe estar concentrado en cultivar el liderazgo, la gestión y la administración.

Lamentablemente, Rudy afirma que el 50% de las personas no es feliz en el trabajo y si hablamos de Colombia seguimos con un estilo de liderazgo represivo, el cual produce un clima negativo que desmotiva a los empleados y afecta la productividad. Esa es la principal conclusión del reciente estudio de la firma Hay Group, que concluye: “el 70% de los líderes colombianos son coercitivos”.

Con todos los retos que nos esperan hacia el futuro, es triste pensar que existe el riesgo de formar a la siguiente generación de ejecutivos con los mismos patrones que la actual, donde todavía prevalece el autoritarismo. Mejor dicho, el reto que nos espera es gigantesco: o seguir alimentando prototipos de jefes como el de Charlot de Tiempos Modernos, o asumir los avances de la revolución robótica, sin despreciar el talento de los seres humanos.

* Conferencia: Rudy de Waele – Future of Work & Leadership in the Era of Exponential

* Piloto Airbus: Ronie Gnecco, Gerente de innovación para aplicaciones y desarrollo de UAVs en Airbus.

Fotos: telegraph.co.uk- Ronie Gnecco- uber-well.com- huffingtonpost.com- wordpress.com

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